Pregunta: Muchas personas suelen pronunciar la bendición sobre el lavado de manos mientras se secan las mismas ¿es correcta esta práctica?
Respuesta: Existe una regla halájica ya formulada en el Talmud (Pesajim 7) que establece que todas las bendiciones sobre los preceptos deben pronunciarse previo al cumplimiento del mismo.
O sea que la bendición que instituyeron nuestros sabios por el cumplimiento de un precepto debe pronunciarse invariablemente antes de darle cumplimiento, por ej. la matzá que comemos la noche de Pesaj, debemos bendecir sobre la misma antes de comerla, o al purificar un objeto nuevo en una mikve –baño ritual- previamente pronunciamos la bendición correspondiente, excepción hecha de la inmersión en la mikve que debe realizar el gentil al convertirse al judaísmo que no puede pronunciar la bendición antes de la inmersión pues todavía no es judío y cómo podría decir “que nos has encomendado sumergirnos en la mikve…”? Pero todas las demás bendiciones sobre un precepto deben pronunciarse antes de darle cumplimiento pues si se lo hace después de cumplido el precepto se estaría pronunciando una bendición en vano como lo establece Ramba”m.
Por lo tanto asimismo deberíamos proceder con la netilat yadaim y de hecho así lo estipulan Rabenu Hananel, Or Zarua y otras grandes autoridades de los primeros tiempos que escriben que se debe pronunciar la bendición sobre la netilá antes de realizarla.
Sin embargo no procedemos de esta manera, pues existen opiniones, también citadas por el Or Zarua que sostienen que difiere el caso de la netilat yadaim de los otros preceptos pues en ocasiones las manos no están limpias y no se puede bendecir antes de lavarlas.
La postura intermedia entre estas citadas es la de los Tosafot quienes opinan que efectivamente se debe pronunciar la bendición después de lavarse las manos para asegurarse de que las mismas están limpias, pero antes de secarse las mismas pues el secado de las manos es parte integral del precepto ya que no se puede comer pan sin secarse las manos.
Y así se procede en general, y es opinión de Maran (Sh. Aruj 158 inc. 11) que se debe pronunciar la bendición antes de secarse las manos pues de hacerlo después del secado se estaría pronunciando la bendición en vano ya que concluyó totalmente el precepto. Y así lo dictamina Ramba”m por lo que asi es necesario proceder y no pronunciar la bendición una vez que estén secas las manos. Y así lo dictamina nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l.