Pregunta: Se puede utilizar objetos musicales en la sinagoga? Se puede hacerlo en Rosh Hodesh?
Respuesta: En el libro de responsas Hatam Sofer (Joshen Mishpat 192), escribe sobre posibilidad de utilizar, en forma permanente, instrumentos musicales en la sinagoga. Básicamente, el Hatam Sofer trata el tema en relación al violoncello, que es un instrumento grande y pesado y querían utilizarlo para acompañar las plegarias en la sinagoga. El Hatam Sofer fue sumamente estricto al respecto y escribió en forma muy seria, e incluso prohibió la posibilidad de introducir este instrumento en la “azarat nashim” –sector femenino- de la sinagoga. Y así, otras autoridades que trataron el tema prohibieron definitivamente el ingreso de instrumentos musicales a la sinagoga, por distintos motivos.
En principio, como es sabido, los gentiles utilizan en sus templos instrumentos musicales, especialmente violines y violoncelos en sus plegarias y servicios. Y aún cuando la intención o sea la de acompañar los servicios, se estaría adoptando una práctica gentil lo cual está estrictamente prohibido por la Torá, como está escrito: Y no os encaminaréis en sus estatutos, especialmente teniendo en cuenta que en algunos casos la intención era utilizarlos en los servicios de Shabbat y festividades, lo cual está prohibido incluso fuera de la sinagoga.
Pero el argumento decisivo para prohibir esta práctica es el no asemejarnos a los reformistas, quienes intentan destruir la santidad espiritual de nuestro pueblo, adoptando todo tipo de prácticas que los asemejen a los gentiles a fin de asimilarse con ellos. Y tratan de captar a los judíos para que se acerquen a sus templos, donde enseñan que es necesario abandonar la observancia de los preceptos tradicionales a fin de que el gentil no nos rechace y logremos “igualdad de derechos sociales” y cese la discriminación. Sin embargo la experiencia demostró claramente que este argumento no tuvo ninguna validez, pues el odio viceral del gentil hacia el judío no cesa si tratamos de asimilarnos, por el contrario más aún nos persiguen y tratan de eliminarnos. De hecho, de todos aquellos que iniciaron ya hace más de 100 años este movimiento, no queda ni de ellos ni de sus descendientes recuerdo alguno, ya que desposaron mujeres gentiles y se asimilaron totalmente perdiendo incluso su identidad judía. Por ello, incluso cuando por error introdujeron instrumentos musicales en la gran sinagoga de París, la consistoire, organismo que lidera el judaísmo francés, inmediatamente hizo retirarlos de la sinagoga, aún cuando no se trata de una organización sumamente ortodoxa, pues comprendieron que ello atenta contra la continuidad del judaísmo en general.
E incluso en la actualidad, lamentablemente, aún cuando los reformistas desaparecen y se asimilan entre los gentiles, aparecen nuevas corrientes de este movimiento, como, alegóricamente comenta el Talmud (Sanedrín 67ª) sobre el ver. Y subieron las ranas y cubrieron toda la tierra de Egipto, que se trataba de una rana gigante que croaba y convocaba a las demás. Y así, los reformistas adoptan otras formas, otras modalidades como los conservadores e incluso, más grave aún, aquellos que se presentan como ortodoxos pero dejan de lado o alivianan la observancia de ciertos preceptos lo cual lentamente conlleva a abandonar la observancia estricta de todos los preceptos, como la experiencia lo demostró. Ya hace cuarenta años, el gran erudito Rabí Moshe Feinstein z”l se dirigió a Rabí Ovadia Yosef z”l para que trate de activar contra el reformismo que tanto daño le causa al pueblo de Israel, pues de no hacer algo ahora, en algunos años tratarán de destruir el judaísmo raigal en Israel así como lo hacen en los EE.UU.
Es sabido, que, todo ello dirigido por el satán, se presentan como activistas de la verdadera identidad del judaísmo y llevan a la confusión a muchos ignorantes que, ingenuamente se dejan influenciar por sus argumentos vanos y vacíos. Por ello es imperioso alejarse de cualquier práctica reformistas y prohibirlas estrictamente, tanto sefaradim como askenazim. Por supuesto esto incluye la prohibición de introducir instrumentos musicales en los servicios de la sinagoga y cualquier cambio en los servicios tradicionales que finalmente llevan a trasgresiones graves como eliminar las divisiones o biombos entre hombres y mujeres en la sinagoga o permitir que la jovencita bat mitzva o una mujer diserte en público dentro de la sinagoga en los servicios, todas estas prácticas totalmente ajenas a la halajá y que debe ser enfrentadas con toda la energía.
Ocurrió en cierta ocasión, que uno de estos “rabinos” visitó la casa de nuestro maestro, quien no lo recibió y lamentó sumamente que una persona que incluso se jactaba de ser conocedor de las decisiones halájicas de nuestro, z”l y mostraba títulos rabínicos originales, se dejó llevar por estas corrientes innovadoras que paulatinamente destruyen la verdadera identidad judía.
Con respecto a la utilización de instrumentos musicales en las comidas de Rosh Hodesh que se organizan en la sinagoga y en las que los rabinos disertan palabras de Torá, o en las distintas festividades como Sucot o las tradicionales “bakashot” –cánticos tradicionales sefaradíes- que se acompañan con instrumentos musicales, es costumbre entre nosotros autorizarlos. Y así nuestro maestro concurría a las fiestas de Hol Hamoed, Sucot u otras ocasiones festivas de mitzva en las que se utilizaban instrumentos musicales y dirigía sus palabras de Torá, y otros numerosos eruditos así lo hacían.