Respuesta: Si bien de hecho, es una gran mitzvá honrar el sábado y disfrutarlo, las cosas deben considerarse con mucha prudencia. Y el rabino Yehuda HaJasid escribió en el Libro de los Jasidim (cap. 863): "No diga el hombre: 'Compraré delicias de Shabat', sabiendo que provocará discusiones con su esposa o padres. Y sobre esto se dice (Proverbios, 17): Bueno es el pan magro teniendo paz y armonía en el hogar que una casa llena de banquetes pero con contiendas y peleas. Y también fue escrito (Isaías, cap. 58): Y tú has llamado al sábado un deleite en la santificación del Señor, y lo has honrado”. Este es el honor del día de reposo, evitando cualquier clase de peleas. Hasta aquí las palabras del Libro de Jasidim.
Y en los Tikunim del Zohar (Tikun 48 pág. 85a) se dice sobre lo que está escrito en la Torá (Éxodo 35) “No encenderas fuego en tus hogares en el día de Shabat”. Y toda persona que se enfurece en Shabat es como si encendiera el fuego del gueinom. Y dijeron nuestros maestros (Shabat 23b) que si una persona no tiene dinero, sino que para comprar una vela de Shabat, o para comprar vino para la santificación del día, es mejor comprar una vela de Shabat, porque la vela evita disputas en la casa (porque hay luz evitando tropiezos entre las personas), y ¿cómo una persona cambiará la prioridades causando una disputa en su casa?
Y el rabino Ovadia Yosef zz”l cita en el libro Jazon Ovadia (tomo 1 pág 20) lo que escribe el Jida en el libro Avodat Hakodesh (More Etzva 140) que las vísperas de Shabat, luego del mediodía del viernes es un tiempo especial para esforzarse y evitar discusiones entre un hombre y su esposa y demás miembros de su casa, ya que la fuerza negativa, es decir el instinto maligno, se esfuerza en provocar peleas, por lo que todo hombre temeroso a Dios, reforzará sus instintos y evitará con todo rigor su ira y más bien se esfuerce en irradiar con su rostro la paz.
Y en el Tratado de Gittin (pág 52a.) Dijeron, ocurrió con dos personas, en el que Satán los provocaba, y cada Shabat por la noche peleaban mucho entre sí. Entonces Rabi Meir decidió que los visitaría durante tres Shabat consecutivos, hasta que logró hacer las paces entre ellos. Por lo que se escuchó al Satán decir: "Pobre de mí, que Rabí Meir me expulsó de mi hogar…". Que comprenda el sabio y tome aprendizaje.