Cuando la persona desea pronunciar una bendición sobre un alimento, bebida o aroma que desea usufructuar, debe asir el alimento o fragancia en su mano derecha. Esta legislación la aprenden las autoridades halájicas de una cita del Talmud (Berajot 43b)
Escribe el Mordeji (una de las grandes autoridades halájicas de los primeros tiempos, que fue inmolado en honor a D-os en la ciudad de Nuremberg una víspera de Shabbat el año 1254), que de esta halajá aprendemos que cada bendición sobre un precepto, debe asir el objeto sagrado con que da cumplimiento al precepto en su mano derecha. Por lo tanto, en habdalá –santificación de la salida de Shabbat- debe tomar el vaso de vino en su mano derecha para pronunciar la bendición del vino “boré perí haguefen”, y posteriormente pasará el vino a la mano izquierda para tomar el fósforo y pronunciar la bendición correspondiente “boré meoré haesh” y la fragancia para pronunciar la bendición “boré mine besamim” y volverá a tomar el vaso con su mano derecha para pronunciar la bendición de la habdalá. Maran (cap. 212 al final) cita esta legislación del Mordeji y la dictamina como halajá (ver cap. 295).
El Talmud (Berajot 15ª) enseña que cualquier bendición que el hombre pronuncie debe oírla con sus propios oídos, es decir las bendiciones no pueden murmurarse sino debe elevarse la voz al pronunciárselas para oírse a sí mismo. De todas formas, si ya pronunció la bendición y no se oyó a sí mismo no precisa repetirla.
Dice el Talmud (Berajot 47ª) que las bendiciones no deben pronunciarse en forma apresurada sino es menester pronunciarlas en forma pausada. Y sobre aquellas personas que pronuncian las bendiciones en forma apresurada le dice D-os al profeta Isaías: Pues se acercó a Mi este pueblo, con su boca y sus labios me honraron y su corazón estaba lejos de Mi. Por lo tanto, es preciso cuidarse de pronunciar las bendiciones con la concentración y la seriedad requerida. Por ej. en la bendición “sheacol nihia bidbaró”, que D-os ha creado todo con Su palabra. Al pronunciar el nombre de D-os en la bendición, debe concentrarse tanto en su forma escrita YHVH, o sea D-os fue, es y será, Eterno, y en su forma pronunciada, A-donay, la cual hace referencia a D-os como Señor del mundo.
De todas formas, al habituarse a concentrarse en las bendiciones este hábito se convertirá en algo común y no es difícil realizarlo.