Pregunta: Se debe pronunciar la bendición de Sheeheianu sobre un aroma que reaparece cada año?
Respuesta: La pregunta, se origina en la costumbre instituida de pronunciar la bendición de sheeheianu sobre los frutos que se renuevan cada año; esta se pronuncia tras la bendición correspondiente del fruto. Por lo tanto, surge el cuestionamiento si esta bendición debe recitarse sobre los aromas que se renuevan cada año, como el caso de los rosales u otras plantas aromáticas que se dan en verano.
Escribe el Radba”z (Rabi David ben Zimra z”l s. XIV) que sobre los aromas que se renuevan cada año, como las rosas, ---------, etc. deben pronunciarse la bendición de Sheeheyanu. Y aún es de hecho conocido halájicamente que el aroma no posee trascendencia, lo cual posee distintas implicancias halájicas, de todas formas en relación a la bendición de Sheeheyanu esta debe pronunciarse de la misma forma en que se pronuncia la bendición sobre un fruto del cual se obtiene provecho. Este dictamen es citado por varias autoridades halájicas.
Sin embargo, en la obra Shiere Keneset Haguedola (Rabí Hayim Benbeniste s. XXVIII) señala sobre este dictamen que en realidad no se acostumbra a recitar la bendición de Sheehayanu sobre los aromas y justifica la costumbre instituida. En la obra Lehem Hamudot asimismo cita que no se pronuncia la bendición sobre los aromas nuevos ya que el aroma en realidad no produce un deleite suficiente que justifique esta bendición, así como no pronunciamos la bendición posterior sobre los aromas como se pronuncia sobre cualquier alimento. Argumenta Rash”i al respecto que el deleite que se obtiene de un aroma es sumamente transitorio y por lo tanto no justifica pronunciar la bendición y lo mismo aplicaría para la bendición de Sheeheyanu.
La citada obra Lehem Hamudot cita otro motivo por el cual no se acostumbra pronunciar esta bendición. Pues con el aroma no sólo se deleita el cuerpo sino también el espíritu, como dice el versículo “Y toda alma alabará a D.-os”, por lo tanto la bendición de Sheehayanu –que nos da la vida y nos permitió llegar a este momento- no aplica al espíritu que no fallece, sino a los deleites físico por los cuales bendecimos al Eterno el habernos permitido llegar a dicho momento.
Y aún cuando en la obras de responsas halájicas Peulat Tzadik escribe que en su juventud vio a sus maestros pronunciar la bendición de Sheehayanu sobre aromas nuevos como el de las rosas etc. Comenta el Hid”a que aplicamos en este caso la regla halájica conocida que establece que en caso de divergencia o dudas sobre una bendición nos abstenemos de pronunciarla para evitar pronunciar el nombre de D-os en vano. Más aún, si en realidad fuese ampliamente aceptado que se bendice Sheehayanu sobre aromas nuevos como escribió el Radba”z arriba mencionado ¿cómo es posible que ninguna autoridad de las primeras épocas lo halla citado?
A los efectos halájicos, no se debe pronunciar la bendición de Sheeheyanu sobre un aroma nuevo. La persona que desee asumir una actitud más piadosa podrá recitar la bendición sin pronunciar el nombre de D-os en la misma.