Durante los ocho días de Janucá se pronuncia, en la plegaria de Shajrit tras la amidá el Halel, cántico de alabanza festivo que también es pronunciado en plegaria de Rosh Hodesh y las plegaria festivas. El
Halel en Janucá se pronuncia con la bendición correspondiente a un precepto rabínico ya que no se trata sólo de una costumbre como en el caso de Rosh Hodesh, en que los sefaradim no pronunciamos el Halel con su bendición justamente por tratarse de una costumbre. Sin embargo en el caso de Rosh Hodesh tebet, este año 5781 acontece el próximo miércoles, el Halel se pronuncia asimismo con la bendición correspondiente pues lo hacemos debido a Janucá.
Con respecto a las mujeres y el Halel, en principio entendiendo que se trata de un precepto que posee un tiempo determinado para cumplirse, como en el caso del Lulav, la Sucá, etc la mujer estaría excenta de pronunciarlo pues también este Halel se estableció como precepto para Janucá, durante estos ocho días y por lo tanto la mujer no estaría obligada a pronunciarlo.
Sin embargo en este caso existe una afirmación rabínica en el Talmud que establece que las mujeres están obligadas a cumplir el precepto de las luminarias de Janucá debido a que también ellas fueron párticipes de aquel milagro. Como en el caso del Halel que se pronuncia la noche de Pesaj o la cuatro copas que se beben dicha noche que también las mujeres son parte del precepto pues también ellas participaron del milagro de la salida de Egipto.
Pero del Maimónides, así como otras autoridades se desprende que las mujeres se hallan exentas de pronunciar el Halel. Y esto debido a que existe una diferencia básica entre el Halel que pronunciamos en Janucá y el de la noche de Pesaj. Entendiendo que los preceptos que establecen nuestros sabios lo hacen en forma similar a como se realizan los preceptos de la misma Torá por ello la mujer está exenta como cualquier otro precepto delimitado por el tiempo. Sin embargo la noche de Pesaj, teniendo en cuenta que la mujer sí debe cumplir con el precepto de los cuatro vasos de vino que instituyeron nuestros sabios, y cuyo cuarto vaso se bebe con la pronunciación del Halel, la mujer también se incluye en esta pronunciación.
Por ello y en conclusión, aún cuando la mujer debe encender las luminarias de Janucá, si no tiene quien encienda por ella, no debe pronunciar la bendición del Halel aún si desea recitar el Halel, pues el mismo se compone de Salmos que la mujer piadosa generalmente recita. Solo la bendición, en el caso de las mujeres safaraditas no debe pronunciarse así como no pronuncia ninguna bendición sobre preceptos delimitados en el tiempo.