El irrespeto por los padres es un pecado sumamente grave, del que las personas en general no toman conciencia. Sabemos que, según la cabbalá a cada pecado le compete una forma de expiación. Por ej. El juramento en falso está escrito que se expía a través de 37 ayunos (no analizaremos en este contexto si estos ayunos deben practicarse de hecho en nuestras generaciones). Sobre el pecado de irrespeto por los padres escribe Rabí Eliezer Azcari z”l (en su obra Sefer Haharedim) que se requieren 60 ayunos para poder rectificar este pecado! Obviamente se trata de un pecado sumamente grave. Rabí Efraím Cohen z”l (padre del actual decano de la Yeshiva Porat Yosef Hajam Shalom Cohen, Sh”lita) indicaba a cada persona que recurría a él el tipo de expiación que le correspondía para su pecado.
Es este el contexto propicio para recordar el comportamiento y respeto especial que nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l guardaba hacia sus padres. Especialmente hacia su madre a la que profesaba no solo un gran amor sino profundo reconocimiento pues durante su juventud ella ocupaba su lugar en el negocio paterno para permitirle a él continuar con sus estudios, incluso lo estimulaba en épocas sumamente dificultosas a continuar su abnegada entrega al estudio y le guardaba caras golosinas para que le sirvan de estímulo.
Cuando nuestro maestro fue designado juez decano en la corte de la ciudad de Petah Tikva la ciudad le hizo entrega de un “frac” el saco largo que utilizan los jueces y el cual se preocupó de vestir por primera vez delante de su madre para que esta disfrutar del momento, y así la visitaba asiduamente y la alegraba e incluso tras su fallecimiento la recordó con gran respeto y cariño en la introducción de cada una de sus obras.
De todo lo anterior debemos aprender cómo respetar a nuestros padres aún si se trata de personas duras o, D-os no lo permita enfermas que requieren constante atención, de todas formas debe atenderlos y preocuparse por su sustento y evitar que sufran carencias y así ameritará una larga vida y sus propios hijos lo respetarán y acompañarán en su vejez.