A Continuación veremos algunas legislaciones halájicas sobre “onaat debarim” –engañar o angustiar al prójimo, según aparecen en el Sh. Aruj.
El Talmud (Baba Metzia 58) comenta sobre el versículo “Lo tonú ish et amitó” –no embaucaréis hombre a su prójimo- que se refiere al engaño o fraude verbal, no monetario. Por ejemplo, no se puede mostrar interés por una mercancía cuando no tiene dinero suficiente para adquirirla. NO se debe preguntar por el precio de una mercancía si realmente no está interesado en adquirirla, pues el vendedor asumirá que desea comprar cuando en realidad no es así y por lo tanto lo está engañando.
Por otro lado, esta prohibición afecta la angustia que puede causar al otro con comentarios agudos. Por ej. no le debe recordar a un “baal teshubá”, o sea a un retornante a los preceptos las transgresiones que cometía anteriormente. Tampoco debe angustiar a un converso recordándole quienes eran y cómo se comportaban sus padres, pues, como vimos anteriormente la Torá fue sumamente severa con quienes así actúan.
En el libro de Job se citan las palabras con que censuraron sus amigos a Job. “Es éste tu temor, tu confianza y la perfección de tu camino”? (Job 4,6). Los compañeros de Job lo censuraron por sus acciones que teóricamente le provocaron sus sufrimientos, agregándole más sufrimiento. De lo anterior concluye el Talmud que no se debe censurar a la persona que padece algún sufrimiento endilgando el mismo a sus pecados, y así lo legisla el Sh. Aruj.
El libro Perisha escribe que en el caso de los compañeros de Job debieron actuar de esa forma pues él, Job, consideraba que el Todopoderoso lo estaba castigando gratuitamente.