Como hemos visto en la entrega anterior, la concentración al recitar este versículo de Baruj Shem es imprescindible así como en el versículo Shema Israel.
A continuación, veremos la acepción correcta de este versículo a fin de asumir la concentración apropiada en el mismo.
En principio, la palabra “baruj” que en hebreo se significa literalmente “bendito” en este caso no significa que bendecimos a D-os, ya que sería ridículo que el ser humano bendiga al Eterno. Como en el caso que llamamos a D-os Clemente, Dadivoso, etc. la intención implícita en estas expresiones es que D-os es la fuente y origen de estos rasgos. También en este caso D-os es la fuente y origen de la bendición.
Las palabras Kevod Maljutó, que literalmente significan la reverencia ante Su reinado, se refieren a la creación toda, por medio de la cual podemos percibir a D-os, que de otra manera es inalcanzable al ser humano. El hombre sólo puede calificar las formas en que D-os se expresa en el universo, no su esencia que es ajena a todo lo que el hombre puede comprender. Por ello la expresión “shem kevod maljutó” –su Nombre reverenciado y Su trono-.
Por lo tanto, al pronunciar este versículo entendemos que D-os es la fuente de toda la creación por toda la eternidad.
Y aún cuando existe distintas concentraciones según la Cabbalá, no es éste el ámbito para desarrollar esto por lo que nos limitamos a la comprensión literal del texto, necesaria para recitar el mismo.