Pregunta: Se debe lavar las manos tras visitar la tumba de los grandes justos? El lavado es necesario si se visitan las tumbas o también si se acompaña al cortejo fúnebre?
Respuesta: Escribe Maran (Sh. Aruj cap. 4) La persona que camina entre las tumbas debe lavarse las manos. Y así se procede tradicionalmente, las personas que visitan el cementerio al salir se lavan las manos con un utensilio, tres veces alternadas, así como se realiza la “netilat yadaim” en la mañana.
La fuente de esto la hallamos en el Mordeji (Berajot 194 –una de los grandes comentaristas del Talmud de las primeras épocas) y otras grandes autoridades. Sin embargo el motivo de esta netilat yadaim se halla en divergencia. El Ramba”n –Najmánides- escribe (ver Torat Haadam, Shaar Haabel 196) que el motivo del lavado de manos al salir del cementerio es debido a que el agua simboliza la creación del hombre, y se extiende allí sobre este particular. Pero el Meiri (Kuntres Bet Yad) escribe que el motivo es solamente una cuestión de higiene.
Por otro lado el Mahari”l (una de las grandes autoridades ashkenazitas de los primeros tiempos) escribe que el motivo es debido a la impureza que se impregna en las manos al visitar el cementerio. Y adhieren a esta opinión otras autoridades. Incluso el Ramba”n escribe que escuchó de grandes maestros que se debe lavar las manos al salir del cementerio debido a la impureza que las afecta.
Por eso comprendemos que quien se acerca al difunto –dentro de los cuatro codos, aprox. 2 metros- debe lavarse las manos, y así lo cita el Maguen Abraham (Sh. Aruj. Cap. 115 inc. 21). Y así quien se acerca al féretro, dentro de los cuatro codos, como ya citamos, debe lavarse las manos.
Pero aquellos que sólo acompañaron al féretro y no se acercaron al mismo –dentro de los 2 metros- y no permanecieron bajo un mismo techo con el difunto, no necesitan lavar sus manos, y así lo escribe el Ramba”n en la obra arriba mencionada.
Nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, z”l aconsejaba a su cercanos que no visitaran el cementerio ya que visitar el mismo sin necesidad es algo inapropiado e incorrecto, y citaba lo que escribiera el gaón de Vilna z”l que todos los sufrimientos y vicisitudes provienen de la visita al cementerio.
Todo esto aplica a un cementerio normal, sin embargo las tumbas de los tzadikim que no tienen otras tumbas en sus inmediaciones, como la tumba de Rabí Shimon bar Yojai quien las visita no necesita lavarse las manos al salir ya que en estas tumbas no existe impureza que se impregne (ver Yalkut Yosef cap. 4 folio 412).
En síntesis, quien visita el cementerio o quien carga el féretro o se acerca a los dos metros próximos al mismo, o permanece bajo un mismo techo con el difunto, debe lavarse las manos con un utensilio así como lo hace en la mañana.