Como vimos anteriormente, la persona que se toca una parte del cuerpo cubierta, por ej. las piernas, debe lavarse las manos. Con respecto a este lavado de manos, algunos sostienen que es necesario pues se toca un lugar sucio o transpirado del cuerpo. Otras opiniones sostienen que se lleva a cabo debido a la impureza de los zapatos que toman contacto con la tierra, la cual fue maldecida por el Eterno.
Segùn el primer motivo serìa suficiente un simple lavado de manos. Sin embargo, según el segundo motivo es preciso lavarse tres veces para eliminar la impureza. Escribe Rabi Ovadia Yosef, z”l, que aùn cuando a los efectos halàjicos no es necesario lavarse tres veces, es aconsejable hacerlo. De todas formas en este caso no es necesario utilizar un utensilio o jarro y alcanza con pasar las manos tres veces bajo el chorro de agua del grifo.
En cuanto a zapatos nuevos, escribe Rabì Ya`acob ben Tzvi en su obra “Mor Veketzia” que al no haber sido calzados nunca no poseen impureza y por lo tanto quien los toca no precisa lavarse las manos.
Lo mismo aplica para quien toca un par de medias limpios, pues las medias en principio no tocan el piso y asimismo no estàn sucias por lo tanto quien las toca no necesita lavarse las manos (Yebia Omer tomo 5 cap. 1). Lo mismo rige para los cordones de los zapatos (Yebia Omer ib.), si la persona al atarlos se cuida de tocar sòlo los cordones y no los zapatos, siendo que los cordones no se impurifican ya que no son parte del zapato, no es necesario lavarse las manos.
En síntesis, si toca sus piernas o los zapatos debe lavarse las manos, y es adecuado hacerlo tres veces aùn cuando no utilice un jarro. Si toca un zapato nuevo o medias limpias no necesita lavarse. Si toca sòlo los cordones del zapato y no el cuerpo del mismo no requiere lavado de manos.