Ya anteriormente hemos desarrollado el motivo por el cual este mes es apropiado para incrementar los ruegos y las plegarias al Eterno.
Como es sabido, estos días son propicios para elevar nuestras plegarias a D-os y El las oye. Como afirma el ver. Yo soy para el Eterno y el Eterno es para mi cuyo acrónimo forma el nombre del mes de Elul. Y escribe Rabbenu Yona (s. XIII) en su obra Shaare Teshuba: Desde que ingresa el mes de Elul y hasta la salida del día de Quipur el hombre debe permanecer temeroso del resultado de su juicio ante el Eterno. Y el mérito de estos días hará que se acerque el día de la redención, como afirmó el rey David: Para David, D-os, eres mi luz y mi salvación; “mi luz”, se refiere a Rosh Hashana y “mi salvación” a Quipur. Y concluye el rey David este versículo diciendo: Si no creyera que veré la luz del Eterno en la tierra de la salvación, y explican nuestros sabios en el Talmud (Berajot 4ª) que el rey David temía que sus pecados impidieran que se produzca la salvación. Por ello, la palabra hebrea que corresponde a la frase “si no creyera” forma el acrónimo Elul, el mes en que el mérito de nuestra Teshuba hará que se acerque la redención.
Y escribe el gran sabio Rabí David Amar z”l en su obra Tefilá Ledavid, que durante las plegarias del mes de Elul y los diez días que median entre Rosh Hashana y Quipur es preciso meditar en la bendición de “hashibenu abinu letorateja” –haznos retornar Padre a Tu Torá- que recitamos en la plegaria de “shemona esré” que aquellos conocidos suyos o parientes que están alejados de Su Torá retornen en Teshuba, como cita todo esto nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, z”l (Jazon Ovadia folio 27).
Y si meditamos, veremos que solemos extendernos en nuestras plegarias sobre parientes y amigos que están enfermos, o que necesitan encontrar su pareja, etc. cuando deberíamos sentir un dolor más intenso por aquellos que están perdiendo su mundo espiritual y no se preparan para la vida eterna del mundo por venir cuya trascendencia es infinitamente superior a la de este mundo.
Y recordamos, que cuando falleció la esposa de nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, z”l, incrementó sus plegarias y lectura de Salmos en su bendita memoria, y recordaba lo que afirma los sabios de la “cabalá” que es preciso ver al pariente fallecido como que nos ruega que hagamos lo necesario para elevarlo espiritualmente en el mundo de las almas. Pues la necesidad de méritos que ayuden al hombre en el mundo de las almas es mucho mayor que cualquier otra necesidad de este mundo.
El erudito Rabí David Amar z”l en su obra arriba citada, menciona el texto literal que es preciso pronunciar por un pariente que se halla lejos de la Torá, a saber: Sea voluntad ante Ti, D-os nuestro y de nuestros padres, que ahondes allí, bajo Tu trono celestial un lugar para recibir la Teshuba de todos los pecadores del pueblo de Israel, y entre ellos Haz que retorne en Teshuba Fulano hijo de Fulana pues Tu diestra se halla tendida para recibir a los retornantes, y culmina la bendición Baruj Ata H´ Harotze Bitshuba.