Fecha de la Halajá: 2 Kislev 5785 3 diciembre 2024
Pregunta: Cuando se practica el cambio de nombre por una persona que se halla atravesando un problema grave de salud ¿Se cambia totalmente su nombre o sólo se agrega un nombre al de la persona?
Respuesta: Está escrito en el libro de Génesis:Y todo aquello que se sea llamado por el hombre espíritu de vida, así será su nombre. Explican los textos cabalísticos del Ar”i z”l que la fuerza vital de la persona se origina en la composición de su nombre, en cada una de sus letras.
Por ello, escribió nuestro maestro en nombre de numerosas autoridades que cuando se le cambia el nombre a una persona, tanto si se lo hace debido a una cuestión marital, por ej. Si el novio se llama de la misma forma que su futuro suegro, en cuyo caso, según escribiera Rabí Yehuda Hasid z”l no prospera la pareja y por lo tanto se cambia su nombre o si se lo hace por una enfermedad que afecta a la persona, no se debe eliminar el nombre original sino adicionar uno al mismo.
El motivo para lo anterior es que, eventualmente el nuevo nombre no sea compatible con la fuerza vital de la persona y por lo tanto lo perjudique, por ello no se elimina su nombre original y, a modo de ejemplo si la persona se llamaba Josef, se le agrega un nombre como Hayim -vida- y pasaría a llamarse Hayim Josef.
De todas maneras, si el individuo en cuestión posee el nombre de un personaje malvado, es apropiado cambiarlo totalmente. Y así ocurrió en cierta ocasión en que se presentó una persona denominada “Omri” (fue un rey de Israel sumamente malvado) ante nuestro maestro z”l y este le aconsejó que cambiara totalmente su nombre.
Toda esta cuestión es sumamente delicada. Y aún cuando nuestro maestro resolvía las distinta situaciones según las reglas de la halajá, aconsejaba a los padres que no llamaran a sus hijos con nombre de personas malvadas o de mal designio.
En numerosas ocasiones, cuando nuestro maestro z”l era honrado a ser “sandak” o padrino de un niño en su circuncisión, investigaba sobre el nombre que le colocarían sus padres y si se trataba de un nombre de algún malvado o inicuo sugería que no lo colocasen. Esto lo hacía, en ocasiones por tratarse de una practica ajena a la Torá y en otras debido a que dicho nombre le ocasionaría, en el futuro al niño problemas o situaciones desagradables.
Por ej. En una ocasión justo en el momento en que le colocarían el nombre al niño el padre expresó su deseo de llamarlo “hafetz hayim” y nuestro maestro llamó su atención pues se trata del nombre de un libro y no de una persona. Entonces el padre desistió de llamar al niño con ese nombre.
En otra ocasión, se presentó en la mañana, antes de comenzar los rezos de shaharit, una persona en la casa de nuestro maestro y pidió se invitado a la lectura de la Torá para colocarle el nombre e su hija recién nacida como se lo hace habitualmente y pidió que el rab le pusiera el nombre. En el momento de colocar el nombre, el hombre le dijo a nuestro maestro z”l que llamaría a la niña con el nombre de un pez. El rab, le habló mesuradamente para explicarle que no era apropiado colocar a la niña el nombre de un pez. El hombre explicó que era originario de Túnez y allí eso era una costumbre local pues consideraban que dicho nombre protegería a quien lo poseía del mal ojo. Aún así nuestro maestro insistió en que no era apropiado y el hombre aceptó llamar a su hija Sara.