Pregunta: Si entre mis compañeros, lamentablemente, algunos hablan en forma inapropiada, aún cuando yo mismo no lo haga ¿cómo debo proceder?
Respuesta: El Talmud (Shabbat 33)enseña que por el pecado de hablar en forma grocera se incrementan todo tipo de vicisitudes y grandes pesares acosan a la sociedad. Los jóvenes de Israel mueren y los huérfanos y las viudas claman al Eterno y no los escucha, como está escrito: Por ello, con sus jóvenes no se alegrará el Eterno, de sus huérfanos y sus viudas no se apiadará, pues es todo adulación y maldad, y todas las bocas hablan groserías. Y continúa enseñando el Talmud (Ib.), Dijo Rabí Hanan bar Raba, todos saben para qué la novia ingresa al palio nupcial, sin embargo aquel que ensucia su boca, aún cuando se ha determinado un decreto beneficioso de setenta años, se convierten en negativos. O sea, aún cuando todo el mundo conoce el desenlace de la noche nupcial para los novios, las personas deben guardar el recato no hablar en forma inapropiada
Y, agrega el citado Talmud en nombre de Raba bar Hasda, aquel que habla en forma grosera le profundizan su infierno, como está escrito: Una fosa profunda es la boca inapropiada. O sea que la fosa profunda, el infierno se agudiza para aquellos que hablan en forma inapropiada.
Rab Nahman bar Itzjak agrega, aún aquellos que lo oyen y permanecen en silencio son castigados.
Y el famoso erudito autor de la obra Shel”a escribe que el pecado capital del habla es la grocería, y afirma que aquel que impurifica su habla en forma inapropiada toda la Torá y plegarias que pronuncia se impurifican y quedan relegadas incluso recibiendo castigo por ellas, pues se considera como el individuo que le ofrece un regalo al rey pero se lo entrega en una bandeja repleta de excrementos. Así, le plegaria es un regalo especial del hombre para D-os, pero el objeto que se utiliza para ofrecerlo es la boca, que debe permanecer pura y apta para los pronunciamientos sagrados.
El famoso erudito de Praga z”l (Netivot Olam, tzeniut 4) explica por qué se determinan castigos tan duros para un pecado aparentemente no tan grave, como afirma el Talmud arriba mencionado!
Explica, que el habla es la capacidad especial con la que dotó el Creador al hombre, una herra mienta no sólo para comunicarse sino también para elevarse espiritualmente. Siendo así, entendemos por qué al impurificar su habla comete un pecado tan grave, pues esa capacidad tan especial que le entregó D-os la mal utiliza y por lo tanto el castigo proporcional debe ser duro. Y debido a que el hombre puede utilizar su capacidad parlante para determinar cosas positivas y hablar sobre cuestiones santas, así proporcionalmente será su recompensa. Y este pecado es incluso más grave que el Lashon Hara -desprestigio del otro-, pues en tanto que el lashon hará es sólo una cuestión de la boca, las groserías se relacionan con cuestiones bajas, obscenidades con las que su pensamiento se focaliza, todo aquello que la Torá clasificó como “toebá” o sea abominación. De allí las graves consecuencias que genera, se anulan buenos decretos, mueren los jóvenes de Israel, los huérfanos y viudas claman y no son respondidos, como afirma el Talmud (Shabbat 33).
De todo lo anterior se desprende que si la persona se halla en compañía de personas que hablan en forma obscena aún cuando él no lo hace debe apartarse y buscar compañeros honorables y temerosos de D-os, pues, como afirmaron nuestros sabios “pobre del necio y de quienes lo acompañan”. Especialmente en una cuestión como ésta que conlleva castigos tan graves.
Recordamos haber presenciado como nuestros maestro Rabí Ovadia Yosef z”l, el año 5762 recibió el testimonio de una persona sobre cierta situación en una dependencia gubernamental en la que debía trabajar su nieta. Al contarle, el hombre debía incurrir en ciertos pronunciamientos no muy buenos e inmediatamente nuestro maestro se tapó sus oídos con los dedos para no seguir oyendo a la vez que exclamaba basta, basta, ya oí suficiente!