Pregunta: Está permitido enviar a los niños a los movimientos juveniles en los que participan niños y niñas juntos, ya que hay quienes sostienen que no existe una prohibición desde el punto de vista halájico, y de alguna manera estos movimientos son necesarios; o realmente está prohibido enviar a los niños a escuelas o movimientos mixtos?
Respuesta: Estudiamos en el Talmud (Suca 51ª) Quien no presenció los festejos de Bet Hashoebá –extracción del agua para las abluciones en el altar- no vio jamás una festividad.Y el Talmud continúa describiendo cómo se desarrollaban los festejos; a la salida del primer Yom Tob –día festivo de Sucot- bajaban al patio de las mujeres del sagrado Templo y allí realizaban un “gran arreglo”. Posteriormente describe el Talmud los festejos propiamente dichos y relata que los grandes sabios de Israel y los hombres piadosos bailaban y realizaban todo tipo de malabarismos, y los Levitas interpretaban música con sus instrumentos musicales.
En relación al “gran arreglo” que citamos, comenta el Talmud en nombre de Rabí Yehoshua que ubicaban a las mujeres arriba –en las terrazas- y los hombres abajo para evitar conductas indebidas. El citado Talmud pregunta cómo es posible realizar algún tipo de cambio estructural en el Templo si toda la planificación del mismo fue entregada por D-os a Natan el profeta, por lo tanto no era posible alterarla en absoluto. Responde uno de los grandes Emoraítas –rabinos del Talmud- que se basaba tal accionar en un versículo del profeta. Está escrito en el libro de Zejaríá: Y se lamentó la tierra, familias familias por separado; la casa de David y sus mujeres por separado, aprendieron los sabios de Israel de éste versículo que si en momentos de luto, pocos propicios para las bajas intenciones, la Torá estipuló que se deben separar los hombres de las mujeres, más aún es preciso hacerlo en momentos de alegría. Por lo tanto, en los festejos de Bet Hashoebá debía establecerse una separación entre hombres y mujeres.
De lo anterior inferimos la importancia que le otorga la Torá a la separación entre hombre y mujeres para evitar actitudes indebidas, como ya lo citamos, en los lugares en los permanecen hombres y mujeres reunidos como en la sinagoga, lugares de estudio, eventos, etc. Hay quienes sostienen que esto no aplica a las reuniones familiares en las que en principio no se llegará a actitudes o pensamientos bajos. De allí, que tanto en los templos como en demás eventos en los que se reúnen hombres y mujeres se coloca una “mejitzá”, o sea una separación para evitar la inmoralidad o liviandad. Sólo en los últimos cien años es que los movimientos liberales comenzaron a prescindir de estas divisiones y ya el gran rabino Abraham Itzjak Hacohen Kuk z”l se opuso y luchó fuertemente contra estas innovaciones e hizo saber que se trata de una gran trasgresión que rompe con la santidad que debe imperar dentro del pueblo de Israel.
De lo anterior, concluye Rabí Ovadia Yosef, z”l, (Yebia Omer tomo 4 sección Eben Haezer 4) que está totalmente prohibido permitir que los niños se mezclen tanto en los colegios como en los movimientos juveniles o clubes. Y cita lo que escribiera una de las grandes autoridades de los primeros tiempos, Rabí Yehuda Hahasid z”l, en su obra Sefer Hahasidim, donde remarca la necesidad de no mezclar a los niños y las niñas para evitar los pecados, para lo cual cita numerosos argumentos y versículos de los profetas y escritos. Por lo tanto, aquellos organizadores de movimientos juveniles que reúnen muchachos y muchachas sin laseparación que requiere la halajá, cargarán con el pecado y las trasgresiones que cometan todos los que participan en el lugar.
Y el argumento de que al acostumbrarlos desde pequeños a permanecer juntos evita que al crecer cometan pecados, es absolutamente incorrecto ya que la realidad ha demostrado que inevitablemente los jóvenes al permanecer juntos incurren en actitudes libidinosas y por supuesto reñidas con la conducta propia del pueblo judío, aquella por la que nuestros padres entregaron incluso sus propias almas.
Hace aproximadamente cuarenta años, los movimientos liberales en Israel trataron de abrir un instituto de enseñanza media mixto para muchachos y muchachas en la ciudad de Netivot, lugar de residencia de Rabí Israel Abujatzira -Baba Sali- z”l, quien se opuso fuertemente y junto con el rabino del lugar Rabí Rafael Jadir Sabban z”l publicaron y difundieron la prohibición absoluta de enviar a los alumnos a este establecimiento advirtiendo que quienes apoyasen dicha obra estarían excluyéndose de la comunidad. Baba Sali z”l convocó en dicha ocasión el apoyo de Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, quien agregó su firma a la publicaciones que se emitieron. De esta forma, al ver la firma de estos gigantes del pueblo de Israel se abstuvieron de apoyar dicho emprendimiento y así se truncó el proyecto.
De todas formas, escribe nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, z”l, que en caso de extrema necesidad, por ejemplo escuelas seculares que desean reprogramar sus institutos y convertirlos en centros religiosos pero no cuentan con el presupuesto para dividir las aulas, se puede tolerar aulas mixtas entre los más pequeños, hasta los nueve años de edad. Por encima de esta edad está totalmente prohibido juntar las aulas.
De todas formas, es preciso en estas cuestiones comportarse con suma cautela, pues en ocasiones es preciso escoger el “mal menor” y evitar que los niños concurran a escuelas públicas. En estos casos se debe consultar una autoridad halájica competente para determinar cómo se debe proceder.