En la entrega anterior, vimos los lugares en los que se deben realizar las inclinaciones dentro de la Tefilá. A continuación analizaremos si estas inclinaciones deben incluir también las rodillas, como acostumbran hacerlo muchas personas, o no es preciso inclinar las rodillas sino solamente el torso y la cabeza. Veremos entonces el orden y la forma de estas inclinaciones en forma más clara.
Escribe Maran (Shuljan Aruj Orah Hayim cap. 113): La inclinación debe realizarse con rapidez y de una sola vez, al erguirse debe hacerlo lentamente, primero la cabeza y posteriormente el cuerpo. Inferimos de este dictamen que al inclinarse debe hacerlo con la cabeza y el cuerpo simultáneamente y al erguirse primero lo hará con la cabeza. Sin embargo, según sostienen numerosas autoridades rabínicas, entre ellas el mismo Haar”i z”l, la inclinación no debe realizarse de una sola vez, sino al pronunciar la palabra “Baruj” inclinará el cuerpo y al continuar con la palabra “Ata” inclinará la cabeza, y al erguirse levantará primero el cuerpo y posteriormente la cabeza. Las costumbres en este caso están divididas, algunos suelen proceder de acuerdo a los legislado en el Shuljan Aruj en tanto que otros lo hacen según la opinión del Haar”i z”l.
El motivo de esto sería sumamente extenso de explicar y escapa al contexto de esta entrega.
Sin embargo, es opinión unánime que al pronunciar el nombre de D-os ya debe estar erguido, como se aprende del versículo: A-donay, Yergue a los inclinados. Explican los primeros grandes comentaristas que esto significa que antes de pronunciar el nombre del Eterno debe erguirse y no hacerlo en medio de la pronunciación del nombre de D-os.
De lo anterior concluimos que no hay necesidad de inclinar las rodillas junto con el cuerpo, pues las inclinaciones ocupan al cuerpo y a la cabeza exclusivamente. Sin embargo, de acuerdo a la costumbre ashkenazita, al pronunciar la palabra Baruj debe inclinar suavemente las rodillas y al decir la palabra Ata inclinará todo el cuerpo hasta que asome su columna vertebral (como explicamos en la entrega anterior). Como vimos, la mayor parte de los sefaradim no inclinan en absoluto sus rodillas sino realizan las inclinaciones con el cuerpo y la cabeza exclusivamente.
A llegar a la bendición de Modim deberá inclinarse al pronunciar la palabra Modim y se erguirá antes de pronunciar el nombre de D-os –Modim Anahnu Laj Sheata hu A-donay.
En conclusión, la inclinaciones se realizan exclusivamente en los lugares establecidos por nuestros sabios, y se debe inclinar ágilmente el cuerpo y la cabeza conjuntamente en el momento en que pronuncia la palabra Baruj (de acuerdo a la opinión de Rabbenu Haari z”l se debe inclinar en principio el cuerpo y posteriormente la cabeza al pronunciar la palabra Ata). Según la tradición ashkenazita, al pronunciar la palabra Baruj debe encorvar suavemente las rodillas, y al pronunciar la palabra Ata se inclinan el cuerpo y la cabeza. Inmediatamente se procede a erguirse antes de pronunciar el nombre de D-os, primero la cabeza y posteriormente el cuerpo. Según la opinión de Rabbenu Haari z”l se debe erguir primero el cuerpo y posteriormente la cabeza, tanto para las sefaradim como para los ashkenazim.