Como vimos anteriormente, es preciso pararse delante de un anciano o un erudito de Torá, según lo establece el precepto de la Torá.
Ahora, establece la halajá que no se le dispensa respeto al alumno delante de su maestro. O sea que si se encuentra con un maestro y su alumno solo se le dispensa respeto al maestro. Obviamente no se le debe irrespetar o avergonzar, sólo que si ambos están presentes sólo se debe proceder con las leyes de respeto ante el maestro a menos que este le dispense respeto a su alumno.
Por lo tanto, si se halla en la sinagoga pronunciando la shema Israel etc. y pasa delante suyo un anciano de setenta años o un erudito de Torá debe pararse. Pues aún cuando en medio de su rezo se considera que está rindiendo honor al altísimo, delante de Quien el mismo erudito o anciano son considerado alumnos, sin embargo en este caso el Eterno nos encomendó pararnos delante de su presencia y así debemos hacerlo. Y así lo dictaminó el Hid”a (ver Birke Yosef).
Lo mismo aplica si está pronunciando el birkat hamazón –oración final por el pan- y se acercan un anciano o un erudito debe pararse. Y aún cuando el birkat hamazón tiene la condición de la amidá, o sea que no se puede interrumpir incluso para responder Shalom a una persona respetable que lo saluda. En este caso el pararse no se considera una interrupción y debe hacerlo.
Y así lo dictaminó el HId”a y nuestro maestro Ovadia Yosef z”l.