Así estudiamos en el Talmud (Abot cap. 4,4) Rabí Levitas enseña: Debes ser sumamente humilde. La humildad a que hace referencia este Rabí, es la antítesis de la soberbia, que no sólo es considerada un pecado grave por sí misma sino que induce a las trasgresiones más graves.
Entre los pecados a los que incita la soberbia se halla la ira, que es considerado un rasgo de mucha bajeza en el hombre. Y estudiamos en el Talmud (Nedarim 22ª) La persona que es invadida por la ira, incluso la divinidad pierde importancia para él. Pues en su arrebato de cólera realiza acciones que nunca haría estando sosegado. Por ej. las personas que discuten con su esposa o algún integrante de la casa y se expresan en forma insultante, debiendo de invertir días enteros para resarcir lo que hicieron en pocos minutos.
En la obra Kol Bo cap. 42(citada por Maran en el cap. 299) cita un episodio con cierta persona que se hallaba afectada totalmente por forúnculos y pústulas en todo su cuerpo. Un sábado por la noche a la salida de Shabbat, su mujer, como lo hacían todas las mujeres entonces, se dirigió a un pozo cercano a la ciudad para extraer agua y calentarla para beber, de hecho así está escrito en el Talmud (Shabbat 119b) “la bebida caliente en la salida del Shabbat es curativa”. Y se le apareció a esta mujer el manantial de agua de Miriam –que acompañó a los judíos en el desierto y en ocasiones deambula por distintos lugares- y llenó la mujer una vasija de estas aguas y se retrasó en el camino por el peso del cántaro. Al llegar a su casa, su esposo muy nervioso le gritó y la mujer por el temor dejó caer el cántaro de agua que se rompió y se esparció todo su contenido, sólo algunas gotitas salpicaron al hombre y todo el lugar en que hicieron contacto dichas aguas la piel se puso tersa como la de un bebe. De no haber perdido el control hubiese bebido el agua y se hubiese curado totalmente.
Aprendemos de lo anterior lo perjudicial que resulta la iracundia y los efectos negativos que produce.
Por ello, la persona debe tratar de controlar paulatinamente su ira y actuar siempre con tranquilidad y sosiego.