Hemos visto algunas halajot sobre el precepto de la amonestación al próhio
Y aún cuando es un precepto amonestar al otro por algún error o transgresión que ha cometido, es precito guardarse de no avergonzarlo en público de no ser estrictamente necesario. Cuena el Midrash (Parashat Shemini) que el rey Salomón se tardó siete años en la construcción del Gran Templo durante los cuales no bebió vino. Cuando llegó el momento de la inauguración del Templo el rey tomó por esposa a la hija del Faraón egipcio. Esa noche, el rey festejaba ambos eventos, la inauguración del Templo y su boda.
Esa noche, el rey bebió vino y guardó la llave del Templo bajo su almohada para, eventualmente despertarse en la mañana y así abrir el Templo para el servicio matutino.
Esa noche, la hija del Faraón urdió una treta y confundió al rey Salomón haciéndolo creer que todavía no había amanecido, cuando ya entrada la cuarta hora de la mañana la gente aguardaba para el servicio de la mañana. Entonces, la madre del rey, Bat Sheva, sumamente molesta se acercó al aposento real y amonestó duramente a su hijo por su conducta. En ese mismo momento, Jeroboám ben Nebat reunió mil personas de su propia tribu y amonestó al rey en público avergonzándolo. Le dijo el Eterno ¿por qué lo amonestas y avergüenzas en público? Por tu vida que has de probar las pruebas que la monarquía le impone al hombre!
Y así afirman nuestros sabios en el Talmud (Sanedrín 101) ¿Por qué fue castigado Jeroboam ben Nebat? Pues avergonzó al rey Salomón en público. Y asi afirma el Talmud (Abot cap. 2): No juzgues a tu compañero hasta no estar en su lugar.
Y leemos en el Talmud (Sanedrín 102) que Rab Ashi enseñaba sobre tres reyes que no tienen parte en el mundo venidero. Jeroboám, Ahab y Menashe. Ese día, culminó su clase hablando sobre los dos primeros y les dijo a sus alumnos que al día siguiente hablarían sobre “nuestro ompañero” Menashe, fue algo despectivo al referirse a un rey de Israel como compañero, o sea de su mismo nivel.
Esa noche, Rab Ashi soñó con el rey Menashe quien lo reprochó por llamarlo su “compañero” ¿acaso soy compañero tuyo o de tus padre? Dime, cuando bendice el pan de que lado cortas un trozo? Le dijo, no se. No sabes de qué lado cortas el pan y me llamas tu compañero?! Por favor enséñamelo! Le pidió Rab Ashi. Le dijo debes cortar la parte más tostada, la que mejor se ha horneado. Y si realmente eres tan sabio cómo es que te rendiste ante un culto idólatra? Le respondió, si hubieses estado allí hubieses recogido tu túnica para correr más rápido a inclinarte ante aquello ídolos, debido a la fuerza de la impureza que reinaba en aquellos días.