Pregunta: Soñé que profanaba el Shabbat, eso significa que cometí un pecado y debo retornar en Teshubá?
Respuesta: Existe una investigación rabínica al respecto, sobre si la persona a la que le mostraron que trasgredía una prohibición es debido a que lo ha hecho y debe corregirse o:
El gran erudito Rabí Hayim Palachi z”l (Hayim Leiad cap. 52) cita el cuestionamiento referido por otra de las grande autoridades de Turquía hace ya dos generaciones sobre la persona que sueña que juró en falso, si debe corregir dicha trasgresión. Rabí Hayim Palachi z”l asume definitivamente que no existe trasgresión alguna en lo que uno sueña y por lo tanto no debe realizar ningún acto de Teshuba. Por otro lado, Rabí Yosef Hayim z”l (Rab Pealím tomo 2 sec. 32) difiere de esta opinión y rebate todas las pruebas citadas por Rabí Hayim Palachi y dictamina que la persona debe corregirse del juramento o promesa realizados en sueños, así como el Talmud (Nedarim ) afirma que la persona que sueña que sufre de excomulgación debe tener en cuenta este acto, así también debe tener en cuenta las trasgresiones que comete en sueños.
Nuestro maestro, Rabí Ovadia Yosef z”l (Yebia Omer tomo 10 sec. 58) analiza esta temática en forma extensa y cita el Talmud (Berajot 58) que afirma que los sueños hablan falsedades. Asimismo cita al Or Zarua que trae en nombre de Rabí Efraim que el Rashba”m, nieto de Rash”i que su abuelo dictaminó que el pez conocido como “barbuta” pertenece a la clase de peces puros y aptos para la ingestión. De todas formas, el Rabí Efráim soñó que le comunicaban de los cielos que autorizó un pez impuro, al despertar de dicho sueño rectificó su dictamen y prohibió dicho pescado. Sin embargo, el famoso Rabí Yehezquel Landau z”l (Noda Vihuda tomo 10 sec. 30) escribe que en realidad los sueños trasmite falsedades y por lo tanto el citado pescado continúa siendo autorizado.
Asimismo, cita nuestro maestro al sagrado autor del Orah Hayim, Rabí Hayim ben Atar z”l que prohibió cierto tipo de langosta que tradicionalmente consumían en Marruecos como pura. Un anciano de dicha generación adujo en contra de Rabí Hayim ben Atar z”l que dicho dictamen estaba reñido con la tradición y la costumbre reinante en Marruecos de consumir esa langosta. Este anciano, soñó que de los cielos lo amonestaba por autorizar un animal impuro y desde entonces ya no aparecieron dichas langostas en Marruecos. Por otro lado, Rabí Fetahia Verdugo z”l (Nofet Tzufim 13) escribe que el sueño de aquel anciano se debió a que durante la vigilia pensó en dichas langostas, pero en realidad los sueños no pueden alterar la realidad y por lo tanto dicha langosta sigue autorizándose como lo establece la tradición marroquí. Y agrega dicho autor que en el año 5541 aparecieron cantidades de dichas langostas y lo judíos de Marruecos las consumieron libremente. Y así ocurrió en otras ocasiones, agrega el autor.
Tras citar todo esto, Rabí Ovadia Yosef z”l escribe que es apropiado que las personas se acostumbren a no tener en cuenta lo sueños.