Pregunta: En diversas ocasiones vemos en las sinagogas a las que concurrimos anuncios que nos piden rezar por determinadas personas que se hallan enfermas. Tenemos la obligación de atender estos pedidos?
Respuesta: Enseña el Talmud (Sanedrín 73) que la persona que ve a un compañero que es atacado por delincuentes o lo arrastra el río, etc. Debe socorrerlo, como está escrito: No te pararás sobre la sangre de tu compañero
O sea que aquel que es testigo de una situación angustiante por la que atraviesa su compañero o si se halla en peligro su vida y está en capacidad de ayudarlo debe hacerlo pues de lo contrario trasgrede una prohibición de la Torá, como está escrito: No te pararás sobre la sangre de tu compañero.
De aquí que aquella persona que sabe de un enfermo, así como debe socorrerlo si está en capacidad de hacerlo con medicación o cualquier ayuda para salvar su vida, tiene asimismo la obligación de rezar por él ya que la plegaria es también un poderoso medio para ayudar a la recuperación del enfermo.
Sin embargo, existe una notoria diferencia entre estas situaciones. De hecho, el gran rabino de Israel, Rabí Itzjak Yosef Shlit”a (Yalkut Yosef cap. 116), escribe que en principio la prohibición de desentenderse del socorro al prójimo aplica a las situaciones naturales como aquel que puede rescatar al otro que está ahogándose en un río o puede ayudarlo a salvarse consiguiéndole cierta medicación. Sin embargo el no rezar por el prójimo no necesariamente implica una trasgresión como lo arriba mencionado sino la falta de favor hacia el prójimo, que todo judío está en obligación de realizar. También en este caso la plegaria se halla en este rango de hacer un favor al otro rezando por su salud.
Y así lo hallamos en el libro de Samuel (cap. 12), donde enseña que aquel que puede rezar por el otro y no lo hace es llamado trasgresor. Pues cuando los hijos de Israel le pidieron al profeta que ruegue por ellos, les respondió que debían realizar teshuba, y agregó que él no se desentendía de su obligación de rezar por ellos ya que eso supondría una trasgresión de su parte, simplemente les indicaba el camino correcto que debían tomar. De allí el Talmud (Berajot 12) infiere que aquel que puede rezar por el otro y no lo hace es denominado pecador.
Por ello, cuando la persona sabe de alguien que atraviesa una situación de salud delicada debe rezar por él, aún si lo hace en forma sintética y no desentenderse de la obligación de rezar por el otro. Y asi lo vimos en muchas ocasiones en que nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l en medio de su estudio le acercaban una anotación con el nombre de una persona enferma para que rezara por él, nuestro maestro interrumpía brevemente su estudio y realizaba un oración pidiendo por el restablecimiento del enfermo.