En la entrega anterior vimos que existen cuatro tipos de expiación, e incluso que existen pecados que sólo la muerte o los sufrimientos pueden ayudar a expiar, como reza el ver. “Y recordaré con la vara sus pecados y con el báculo sus trasgresiones”
Y por encima de cualquier otra sugerencia a los efectos de la expiación, se encuentra el estudio de Torá, que como enseña el Talmud (Berajot 5) tiene como propiedad el ahuyentar de la persona los sufrimientos y los malos decretos que sobre él penden. Y así lo escribe nuestro maestro en su libro de exposiciones, sobre Shabbat Shuba, lo cual asimismo es apropiado para la expiación de los pecados.
De hecho, en numerosas ocasiones fuimos testigos de situaciones en las que individuos que eran totalmente ajenos a la Torá y retornaron al cumplimiento de los preceptos y se acercaban a nuestro maestro para pedir su consejo en cuanto a la expiación de sus pecados y él les sugería que dedicaran mas tiempo al estudio de la Torá.