Hoy, 6 de Yiar es Yom Haatzmaut, el día de la declaración de la independencia del Estado de Israel y reiteraremos la postura de nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l con respecto a este tema.
Encontramos algo sumamente asombroso en los escritos de Rabí Yosef Hayim, el Ben Ish Hay (en su obra Banayahu tratado de Rosh Hashana 8). Hace allí una afirmación prácticamente profética, que el pueblo de Israel previo a la llegada del ansiado Mesías retornará a su tierra y constituirán un estado, sin embargo la redención no estará completa sino hasta la llegada del salvador de Israel. Esto fue escrito cuando nadie soñaba con que el pueblo de Israel podría disponer de un estado independiente sino hasta la llegada del Mesías.
Obviamente no fue gratuito que el Eterno nos hiciera ese gran milagro de retornar a nuestra tierra y reunirnos en ella, como afirmar nuestro maestro en su alocución sobre este día el año 1969. Y ya en numerosas ocasiones el Eterno nos ayudó a vencer a nuestros enemigos, como en la guerra de la independencia, la guerra de los seis días, la de Quipur, etc. Y, como afirma el Talmud, D-os no realiza milagros sin sentido, sino que el Eterno lleva al pueblo de Israel paulatinamente a su redención final haciéndolo primero constituirse en su tierra.
Enseñan nuestros maestros que aquel a quien le realizan un milagro y canta loas por el mismo, volverá a experimentar otro milagro. Explica nuestro maestro z”l citando el ver. que dice: He aquí que el Eterno es mi salvación y en quien confiaré y no temeré. Es mi fuerza y la alabanza a D-os y será para mi salvación. O sea D-os es mi salvación y no temeré pues Lo alabaré y volverá a salvarme y redimirme.
Nuestros sabios criticaron al rey JIzquiyahu por no haber alabado al Eterno tras su salvación de las huestes de Sanherib, aún cuando Jizquiyahu era un rey sumamente piadoso y santo, digno de convertirse en el Mesías de Israel. Afirma nuestros sabios que en su época revisaron desde Dan hasta Beer Sheva y no hallaron niño o niña que no conociera las intrincadas leyes de pureza e impureza. Aún así fue criticado pues no alabó al Eterno.
Por ello debemos alabar y ensalzar al Eterno que nos salvó y protegió de nuestros enemigos, enseñarles a aquellos que confían sólo en el poder bélico o físico que el Eterno es Quien realmente nos protege y nos salva de todos aquellos que nos acosan.
Por ello las loas y agradecimientos al Eterno nos permiten mostrar Quien es el verdadero poder de Israel que nos llevará a la redención final con la llegada del ansiado Mesías. Así como ocurriera con el rey David z”l quien al vencer al león y al oso comprendió que D-os no realizaba dichos milagros gratuitamente sino que eran la señal de que se convertiría en el futuro salvador de Israel.