Debido a que en el momento de la shejitá –deguello- del animal fluye gran cantidad de sangre al corazón, la mismo lo impregna y por lo tanto no es suficiente el salado que se efectúa a la carne para que la misma se expela del corazón.
Es preciso poner atención en el proceso en este caso ya que en general el corazón se expende sin salar pues el proceso para hacerlo apto es complejo y lo deforma en cierta medida. Lo mismo ocurre con algunos establecimientos que lo utilizan y no lo procesan como es debido, por lo que es necesario conocer la forma en que se procesa y atender que la misma se aplique.
Previo al salado del mismo, se debe rasgar el corazón a lo largo, con un corte profundo, según algunas opiniones debe alcanzar las arterias interiores que lo atraviesan. Este corte debe ser lo suficientemente profundo para que se puede enjuagar y exprimir toda la sangre enquistada dentro del corazón y prepararlo así para el posterior salado.
Según el Sha”j (uno de los comentaristas por excelencia del Shuljan Aruj hace aprox. 250 años) se deben cortar los extremos del corazón. El Caf Hayaim (Rabí Yaacob Hayim Sofer z”l vivió en Jerusalén hace aprox. 80 años) opina que en el caso de las personas necesitadas se puede incluso de no haber sido cercenado el extremo antes del salado hacerlo después de la cocción.
En caso de no querer salarlo el corazón o cualquier trozo de carne, podrá asarlo hasta que se convierta en apto para la ingestión. Previamente se debe rociar la carne que desea asar con un poco de sal. De todas formas, es preciso tajar el corazón antes de asarlo.
En algunos restaurantes incluso en Jerusalén, asan el corazón sin tajarlo, lo cual es una trasgresión abierta de la Halajá. Ya en su momento Rabí Shalom Messan z”l, quien fuera gran rabino de Jerusalén llamó la atención sobre este asunto y requirió que se supervise la forma en que se procesa el corazón en los distintos establecimientos.