Como vimos anteriormente, los rabinos prohibieron utilizar nombres sagrados y valerse de los mismos con fines personales.
Nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l (Anaf Etz Abot folio 301) cita al respecto una hecho fantástico que ocurrió con Rabí Abraham ben Musa z”l, una de las grandes autoridades rabínicas de hace aprox. 300 años en Marruecos y en cuya ciudad gobernada un sheriff musulmán que era definitivamente antijudío.
Rabí Abraham tenía un vecino temeroso de D-os que en cierta ocasión atinó a ingresar, por error a los patios del sheriff y éste lo mató. La madre de Rabí Abraham, al enterarse del hecho lloró desconsoladamente pues se trataba de un buen judío, un hombre temeroso de D-os y piadoso. Cuando regresó Rabí Abraham de la casa de estudios halló a su madre llorando y al preguntarle el motivo de su llanto la mujer le relató lo que había sucedido con el vecino. Rabí Abraham decidió que no podía dejar pasar el hecho en forma impune y se dirigió al mercado donde compró una trenza de pescados y la ofreció en venta en la puerta de la casa del sheriff. Entonces, una de las sirvientas del hombre se apersonó ante el rabino y le dijo, cuídate pues si te acercas el sheriff puede matarte así como lo hizo con el otro judío. Rabí Abraham le agradeció a la mujer y en recompensa por su buen trato le obsequió una de las ristras de pescado y le dijo, mira, veo que eres una buena mujer y si puedes introducir este papelito en el pozo de agua del que bebe tu amo se obsequiaré otra ristra de pescado. La mujer aceptó la misión e introdujo el papel conteniendo nombres sagrados en el pozo. El sheriff y su familia, que sumaban unas setenta personas ese día bebieron del agua del pozo y todos murieron.
Como era costumbre del sheriff visitar cada mañana al rey, esa mañana al no llegar el rey envió un emisario a preguntar por el motivo de la ausencia. Al llegar este a la casa del sheriff, tocó la puerta varias veces pero no obtuvo respuesta, entonces decidió entrar y al hacerlo se encontró con una imagen aterradora, tanto el sheriff como sus hijos y nietos estaban muertos y paralizados en sus lugares.
El emisario regresó de inmediato del rey y relató la trágica noticia. Entonces el rey decidió investigar cómo fue posible que todos fallecieran en forma simultánea, y decidido a investigar hasta las últimas consecuencias el hecho, convocó al rabino de los judíos para saber si estos se hallaban involucrados en el crimen y lo instó a él mismo a que investigara que fue lo ocurrido. El rabino le pidió al rey un plazo de treinta días para ofrecerle una respuesta.
Mas tarde, el rabino concurrió a la casa de estudios donde enseñaba Rabí Abraham ben Musa z”l y allí Rabí Abraham, tras escuchar que el rey había exhortado al rabino a investigar la muerte del sheriff, le relató puntualmente lo que había sucedido y el rabino felicitó a Rabí Abraham por haber vengado la muerte del pobre judío en manos del sheriff y le dijo que debía escapar antes de que el rey se enterase del hecho. Le dio dinero y le dijo que se dirigiera a otro lugar lejos y Rabí Abraham emigró de su ciudad natal y se instaló en Túnez. Hasta el relato que por supuesto fue apropiado a un personaje como Rabí Abraham ben Musa que era un rabino sumamente piadoso y temeroso de D-os, así como un gran cabalista y todo lo que hacía lo hacía en nombre del Eterno y para favorecer al pueblo de Israel.
De todas formas, es preciso aclarar que aquellos que en la actualidad se ocupan de la cabalá práctica y la enseñan a hombres y mujeres ofreciéndola como una mercancía barata, finalmente perderán su mundo venidero. Y ya afirmó Rabí Mordejai Sharabi z”l, quien enseñó a Rabí Ovadia Yosef z”l cabalá por muchos años, que habría de llegar un tiempo en el que se enseñaría la cabalá en público así como se desolla un animal.
Y escribe Rabí Hayim Vital z”l (Shaar Ruaj Hakodesh folio 41) en nombre de su sagrado maestro el Ari z”l que en la actualidad en que no disponemos de las cenizas de la vaca bermeja para purificarnos de la impureza mortuoria no podemos utilizar nombres sagrados. Rabí Yaacob Emdim z”l (comentarios sobre Erubim 43) escribe que de acuerdo a lo que resulta de los versículos incluso los profetas evitaban utilizar nombres sagrados. Y así el profeta Eliahu deambuló por el desierto cuarenta días y no utilizó nombres sagrados para acortar el camino. Tampoco el profeta Jeremías utilizó nombres sagrados para salvar su vida cuando lo arrojaron a un pozo.
Y todo lo anterior hace referencia a quienes utilizaban a los “shedim” –duendes- o pronunciamientos sagrados, sin embargo en la actualidad en que proliferan los charlatanes que ofrecen bendiciones y amuletos de todo tipo, no es apropiado perder el tiempo en ellos.
Y nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l evitaba este tipo de persona y así aconsejaba a quienes lo oían pues esta gente provocaba más perjuicios que beneficios. Y nos contó un gran erudito, que D-os le otorgue larga vida, que su maestro Rabí Ben Tzion Aba Shaul z”l le afirmó que, como regla es preciso saber que aquellos que toman dinero a cambio de una bendición son ladrones, ya que no pueden saber a ciencia cierta si la misma se cumplirá. E incluso aquellos que se apoyan en el mérito de su padres son simples charlatanes ya que las hijas de Rab Nahman (Guitín 48) eran hijas de una gran rabino y la gente las consideraba hacedoras de milagros y se trataba simplemente de hechiceras supersticiosas.