Según indicaciones de nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l, en su momento, de tanto en tanto publicamos halajot relacionadas con cuestiones de ética y buena conducta judía.
En cuanto a la visita de los enfermos, el Talmud (Baba Metzi 30) comenta sobre el versículo: Y les harás saber la senda por la que se encaminarán (Shemot 14) que este se refiere a visitar enfermos. Y agrega el Talmud (Sota 14) sobre el ver. Tras vuestro D-os se encaminarán, acaso es posible ir tras D-os? El Eterno es un fuego infinito! Sino se refiere el versículo a imitar la conducta divina. Así como El vistió a los desnudos, cuando Adam y Hava se percataron de que estaban desnudo les hizo túnicas de cuero, según relata la Tora, tú también debes vestir a aquellos que carecen de vestimentas. Así como él visitó al enfermo, cuando se le apareció al patriarca Abraham al tercer día de su circuncisión, también tu debes visitar enfermos, etc.
La finalidad de esta visita radica en tratar de ayudar o socorrer al enfermo en aquello que necesite. Comida, bebida, medicamentos, etc. E incluso la limpieza y el orden de la casa. Como relata el Talmud (Nedarím 40) sobre Rabí Akivá, cuyo alumno había enfermado y se hallaba postrado en la cama y los sabios no concurrieron a visitarlo, cuando Rabí Akivá se apersonó en su casa, barrió, limpió y ordenó la misma, el alumno, sumamente agradecido con su maestro le dijo: Maestro mío, me has reanimado!. Entonces Rabí Akivá salió y se dirigió al público y les dijo, aquel que no visita a los enfermos es como si vertiera sangre.
E incluso si el enfermo se halla hospitalizado y está atendido por el personal médico y de enfermería, es necesario visitarlo para darle ánimo y estimularlo, y aconsejarlo en lo que necesite, así lo indicó nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l. El Talmud (Nedarim ib.) comenta que si visita a alguien de su edad le alivia en una sesentaava parte la enfermedad. Dice el Meiri al respecto que si el visitante es alguien estimado por el enfermo y su visita le será importante, esto lo reanima de su enfermedad. Y escribe el Ramba”m (Leyes sobre los Reyes cap. 4) que “el precepto de visitar enfermos rige sobre todas la personas, incluso el mayor visita el menor, e incluso varias veces por día siempre que lo incomode. Y quien visita el enfermo alivia su enfermedad y quien deja de visitarlo es como si vertiera sangre.”
De esta halajá del Ramba”m aprendemos también que es preciso evaluar que la visita no se prolongue en exceso y no moleste al enfermo, como ocurre cuando los parientes visitan a la parturienta y permanecen largo rato e incluso la incomodan más de lo que la ayudan con su visita.
Y en el citado Talmud comenta Rab sobre el ver. Dichoso el que es sabio con el pobre y el día del mal D-os lo salvará. Se refiere al enfermo, que si se lo visita el Eterno salvará a quien lo hace del mal, o sea del sufrimiento del infierno. Y D-os también lo recompensa en este mundo, como está escrito: El Eterno lo cuidará y le dará vida y felicidad, en la tierra y no permitirá que caiga ante sus enemigos. O sea que D-os lo protegerá del mal instinto que lo induce al mal, y le dará vida ante los padecimientos, y será feliz pues será honrado y ameritará tener buenos compañeros y no malos.