Como hemos visto en las entregas anteriores, existe una prohibición de fraude verbal, en hebreo “onaat debarim”. A continuación veremos algunas reglas importantes para comprender mejor esta prohibición.
Existen dos aspectos en esta prohibición de “onaat debarim”. Uno de ellos, es el fraude o engaño verbal, como vimos, esto aplica por ejemplo, en caso de que una persona se interioriza por el precio de una mercancía cuando en realidad no desea comprarla, de esta manera engaña al vendedor que supone que quien pregunta es un potencial comprador.
Otro ejemplo de esto es el engaño que realizan algunos, por ej. un verdulero que tiene fresas a punto de descomponerse y las coloca en una caja cubriendo la parte superior de la misma con fresas frescas para engañar a los compradores. Como lo legisla Maran (Sh. Aruj Joshen Mishpat cap. 228) con respecto a las vacas flacas y magras, a las que no se puede pintar su pelaje para que aparenten estar sanas y fuertes, pues de esta manera se estaría engañando a los compradores. ( sólo en caso de que esta práctica sea usual entre los comerciantes se autoriza)
Este es uno de los aspectos de esta prohibición, el segundo es el sufrimiento que se le causa al otro. Por ejemplo lo que advierten nuestros sabios de no hacer sufrir a la esposa ya que la mujer debido a su sensibilidad llora fácilmente. Y no sólo a la esposa la persona debe cuidarse de no provocarle un sufrimiento, sino en general a cualquier otra persona, como vimos que no se puede recordarle a un retornante los pecados que cometía en su vida anterior, o hacer sufrir al converso recordándole su vida gentil.
Cita la obra Kneset Haguedolá (Rabi Hayim Bembeniste z”l una de las mayores autoridades halájicas de Turquía hace aprox. 300 años), que hay cuidarse con las cosas que son verdad incluso más que con mentiras, pues estas el otro puede asumirlas como fantasías en tanto que lo que es verdad, de su vida anterior, le provoca sufrimiento.
Escribe el gran erudito Rabí Shmuel Halevy Vozner. Shlit”a, (Shebet Halevy tomo 8 cap. 309) que no se pueden fijer pautas al respect pues en ocasiones la persona se siente mal por las cosas que son verdad, en tanto que en otras lo molestan más las mentiras. Por lo tanto ambas cosas suponen una grave trasgresión.
En síntesis, la prohibición de “onaat debarím” incluye dos aspectos, uno el de engañar al otro y el segundo el de hacerlo sufrir. Por otro lado afecta al precepto de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, ya que quien hace sufrir al otro sin sentido de hecho trasgrede este precepto.