Como hemos visto anteriormente, los frutos producto de este año 5782, año sabático, Sheviit, poseen santidad, según lo anuncia el versículo “Y sagrado será para ustedes”, así como el año es sagrado también lo son sus frutos. Por lo que los frutos que crecieron en la tierra de Israel, en terrenos que no fueron vendidos a no judíos deben consumirse y tratarse con santidad.
Como vimos, los frutos que crecieron en la tierra de Israel y se expenden en el marco del “Otzar Bet Din”, o sea de los depósitos controlados por el tribunal rabínico, poseen santidad y así deben ser tratados. A continuación veremos sobre la santidad de los frutos de la tierra de Israel durante el año séptimo.
Nos dice la Torá: Y será descanso de la tierra para ustedes para comer, comenta el Talmud (Baba Kama 102) que los frutos producto de este año no pueden destruirse sino deben ser utilizarse en su función habitual, comerlos, beber, ungir, etc. ninguna otra utilidad que los destruya o maltrate.
Por ejemplo, los pepinos que su forma de consumir es comerlos, no pueden ser exprimidos para obtener jugo, sin embargo si pueden exprimirse las naranjas ya que es habitual consumir su jugo.
Asimismo no se puede alimentar aves o animales domésticos con alimentos del año séptimo destinados al consumo humano pues se estaría deteriorando su santidad. Ejemplo de esto son las personas que poseen un loro, no pueden alimentarlo con semillas que producto del año sheviit, como las de girasol que habitualmente las consumen los humanos.
Lo mismo aplica al alimento destinado a los animales, no puede ser consumido por las personas ya que se lo estaría mal utilizando.
Y así como no se puede destruir o destinar a un uso no habitual el fruto de este año, no se puede cocinar una fruto que habitualmente se consume crudo, como un pepino, ya que se lo estaría denigrando de su uso habitual. Lo mismo a la inversa, los frutos que en general se cocinan no pueden consumirse crudos ya que no es ése el modo de consumo y por lo tanto se los estaría destruyendo.
Por supuesto, no pueden desecharse los frutos de Sheviit a menos que hayan perdido su condición de alimento y ya no los consuma ni un perro. Los frutos deben consumirse en la forma en que habitualmente se lo hace, e incluso para muchas grandes autoridades existe un precepto positivo de consumir estos frutos.