El año 5733, nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l oficiaba como rabino superior de la ciudad de Tel Aviv y el día de Shabbat Shuba se reunieron todos los estudiantes de las Yeshivot locales en la sinagoga central para escuchar el mensaje de Rabí Ovadia Yosef z”l del cual reproducimos a continuación algunos extractos.
Cuando juzgan a las personas el día de Rosh Hashana, no todos los juicios son similares, pues según la capacidad de cada individuo su grado de responsabilidad es mayor. Asimismo existen personas cuyas almas se originan en un estrato superior del mundo de las almas, por lo que a cada quien le exigen y esperan de él aquello que puede asumir según su capacidad.
Nuestro maestro, z”l cuando pronunciaba el Vidduy –reconocimiento de los pecados- el día de Quipur derramaba lágrimas copiosamente cuando recitaba el párrafo que dice “anulamos el estudio de Tu sagrada Torá día y noche”. Y el público se extrañaba, cómo es posible que nuestro maestro llore por dicho pecado cuando no existe alguien que se dedique en forma absoluta y abnegada al estudio como él. Explicaba el mismo Rabí Ovadia Yosef z”l.
Se relata sobre el famoso erudito. Gaón de Vilna, que lloraba cuando llegaba el párrafo del Vidduy que dice “anulamos tu Torá día y noche”, cuando todos los momentos en los que dejó de estudiar Torá durante el año no sumaban sino una sola hora! Aún así se lamentaba el Gaón por esos momentos en los que dejó de estudiar Torá. El motivo de ello es que el Gaón era famoso por su descollante capacidad intelectual, ya desde pequeño pudo estudiar los tratados de Zebajim y Menahot –dos de los tratados más complejos del Talmud- en una sola noche. Aquellos que lo examinaron se asombraron de cómo en tan poco tiempo pudo adquirir tantos y tan complejos conocimientos. Por ello lloraba el Gaón de Vilna, pues él conocía su potencial y el valor que adquiría cada momento de estudio de Torá, tanto de día como de noche. Pues según la capacidad del individuo así es la responsabilidad del mismo. No se compara la responsabilidad del esclavo que limpia los establos con aquel que hace refulgir la corona del rey.
De aquí aprendemos que la persona que posee capacidades y habilidades por encima de los otros debe explotarlos e invertir su mayor esfuerzo para utilizar dicho potencial. Los que pueden enseñar deben hacerlo, aquellos que pueden disertar deben dedicarse a ello, etc. etc.