Pregunta: ¿Es necesario dejar en la casa una espacio sin pintar, como suelen hacerlo algunas personas meticulosas en su observancia?
Respuesta: El Talmud (Baba Batra 60ª) nos dice, que a partir de la destrucción del sagrado Templo, la persona no debe terminar de pintar totalmente su casa sino debe dejar un espacio de una amá por una amá (0.50 x 0.50 mts) sin pintar frente a la puerta de la casa, en recuerdo a la destrucción de nuestro santuario, pues si el mismo se halla destruido ¿cómo podemos nosotros construir y decorar nuestros hogares? Esta halajá es legislada por el Ri”f, el Ro”sh y el Rambam y Maran en el Shuljan Aruj. Está escrito en la obra Shaare Teshuba, que en las últimas generaciones esta costumbre prácticamente se perdió, sin embargo esto no tiene justificación alguna.
Escribe Rabí Ovadia Yosef, z”l, que existe cierto apoyo para esta costumbre de acuerdo a lo que escribe Maran en su obra Bet Yosef en nombre del Rambam, que esta prohibición aplica si se utiliza exclusivamente cal, sin embargo si en la misma se mezclan otros elementos como arena, etc. no está prohibido. En la actualidad, de hecho la cal se mezcla con arena por lo que se puede transigir en esta prohibición.
Sin embargo, si empapela las paredes o les coloca tapetes, no existe ningún motivo para evitar esta prohibición y debe dejar cincuenta centímetros cuadrados sin empapelar, como manda la halajá.
Si adquiere una casa de un gentil totalmente pintada, no está obligado a despintar una parte de la pared, sin embargo, si la vivienda pertenecía a un judío que incumplió con esta halajá, sí debe despintar los cincuenta centímetros cuadrados correspondientes.
Quienes acostumbran a pintar este espacio de negro no proceden correctamente, ya que nuestros sabios instituyeron dejar el espacio sin terminar, o sea sin pintar.
Se cuenta sobre el gran erudito Rabí Haym de Tzanz z”l que le pidió a uno de sus allegados que le señalara alguna conducta inadecuada de su parte que deba corregir. Le dijo aquel hombre que no veía en su casa los cincuenta centímetros sin pintar que es preciso dejar según establecieron nuestros sabios. Le respondió el Rab. que él había adquirido la casa de un gentil por lo que no estaba obligado a dejar el espacio sin pintar. De todas formas, como una actitud piadosa inmediatamente tomó una escalera y subió a la misma para descascarar una parte de la pared frente a la puerta de entrada en recuerdo a la destrucción del Templo.