A partir de la segunda noche de Pesaj se comienza la cuenta del Omer, la cual se extiende por siete semanas íntegras, hasta la festividad de Shabuot. En la época del sagrado Templo, este segundo día de Pesaj se ofrecía una ofrenda de la nueva cosecha de la cebada, el omer, lo cual daba el nombre a la cuenta que realizamos. Pero debido a que en la actualidad no ofrecemos dicha ofrenda, pues no tenemos el sagrado Templo, tampoco la cuenta del Omer se considera un precepto de la Torá.
Por ello en el “Leshem Yhud”, o sea el prólogo a la cuenta del Omer que se recita cada día antes de recitar la bendición sobre esta cuenta, no se debe agregar el párrafo que afirma que cumplimos un precepto de la Torá, ya que en la actualidad, como explicamos, no lo es.
Si olvida un día de contar el Omer, ya no podrá continuar la cuenta con la bendición, sino sólo citando el día.
Si está en duda si contó o no lo hizo, puede continuar los días siguientes contando con la bendición correspondiente.
El Omer debe contarse durante la noche para poder pronunciar la bendición. Si olvidó hacerlo en la noche puede contar durante el día siguiente sin la bendición, y así continuar en la noche siguiente contando con la bendición.
Según nuestra costumbre las mujeres no cuentan el Omer en absoluto, es decir incluso sin la bendición. El motivo para ello se halla explícito en los comentarios de Kabbala. De todas maneras, la mujer que desea contarlo no puede pronunciar la bendición pues según la halajá se halla exenta de esta cuenta.