El Talmud (Horaiot 12) afirma, cinco cosas provocan el olvido de lo estudiado, el que come un alimento del que probó un ratón o un gato, el que come el corazón del animal, quien suele consumir aceitunas, quien bebe el agua sobrante de un lavado, quien lava sus pies uno encima del otro, y hay quien agrega si se coloca un objeto debajo de la cabecera.
Sobre la advertencia de evitar el consumo del corazón del animal, escribimos oportunamente citando la opinión de los sabios de la Cabalá, quienes escriben que no se debe consumir el corazón del animal. Sin embargo, aunque el Talmud escribe que su consumo provoca olvido, no constituye necesariamente una prohibición, sino es ideal no consumirlo.
Con respecto al consumo de aceitunas, el citado párrafo del Talmud suscribe explícitamente quien “suele” consumir aceitunas, es decir que si las consume en forma esporádica no provocan olvido del estudio. Y así lo interpretan Rabí Ovadia Yosef z”l y Rabí Shlomo Zalmen Awerbaj z”l, aún cuando en nombre de éste dicen que si se consumen una vez por mes ya se considera frecuente. Y el gran erudito de Jerusalén Rabí Yosef Hayim Zonenfel z”l (en su obra de responsas halájicas Salmat Hayim) escribe que si consume las aceitunas con aceite de oliva, ello lo ayuda a que no olvide su estudio ya que el aceite de oliva posee esta propiedad. Como cita el Talmud al respecto, que en este sentido supera el poder del padre al del hijo, pues el padre, la aceituna provoca olvido en tanto que el aceite de oliva, que proviene de la aceituna ayuda a conservar la memoria. Por ello si unta o acompaña las aceitunas con aceite de oliva no tiene que preocuparse en absoluto y así suelen proceder muchos rabinos y hombres piadosos.
Está escrito en la Torá “Guárdate y guarda tu alma mucho de no olvidar”, y el Talmud (Abot cap. 3-10) aprende que esto nos advierte de no olvidar el estudio de la Torá. Y los comentaristas analizan si al consumir alimentos que provocan olvido se transgrede esta prohibición. Y el Meiri escribe que en realidad se trasgrede esta prohibición de “no olvidarás tu estudio”. Por ello, continúa el Meiri, la persona que debe realizar netilat yadaim, por ej. al levantarse en la mañana o al salir del baño, etc. y no lo hace, no sólo comete un pecado al evitar lavarse las manos cuando debe hacerlo, sino que trasgrede esta prohibición ya que el evitar la netilat yadaim provoca olvidar el estudio. Y asi lo dictamina Rabí Eliezer Papo z”l (autor de la obra Pele Yoetz) quien escribe que las persona que consumen cosas que provocan olvido trasgreden la prohibición de que cita el Talmud arriba mencionado, y que puede constituir una prohibición de la Torá. Y adhiere a esta opinión el erudito Hazon Ish z”l. Sin embargo, otras autoridades contemporáneas dudan que esto constituya realmente una prohibición ya que el consumo de estos alimentos no necesariamente provocarán el olvido, pues está escrito sólo que tienen esta tendencia, así como otros inducen a la memoria, y por lo tanto no es definitivo que olvidará su estudio como para que su consumo constituya una prohibición. Por ello existen autoridades que opinan que no existe ninguna prohibición en el consumo de estos alimentos.
Por lo tanto, así como todas las cuestiones en que difieren las autoridades contemporáneas, si hallamos alguna autoridad de los primeros tiempos que apoye alguna de las opiniones, la misma se toma como definitiva a los efectos halájicos ya que la opinión de una de las grandes autoridades la convalida.
Escribe Rabí Yehuda Hahasid (en su obra Sefer Hahasidim) que una persona le preguntó al maestro, por un pan del que comieron ratones, y según el Talmud (Horaiot 12) esto genera olvido del estudio. Y el maestro le preguntó ¿por qué no lo comes? A lo que respondió que él se guardaba de consumir alimentos que provocan olvido y esto, consumir el pan del que comió un ratón, según el Talmud provoca olvido del estudio, pero ahora tengo hambre. Y le respondió el maestro que no debía privarse de comer el pan pues la prohibición de no olvidar el estudio aplica sólo cuando se provoca activamente el olvido, pero de esta forma que no es definitivo que este consumo le provocará un olvido no es necesario que se prive. Pero, por otro lado, te veo ocioso e indolente con respecto al estudio, y sería preferible que consumas aquellos alimentos que provocan el olvido para que olvidos las tonterías que te ocupan, hasta el Sefer Hahasidim.
De esta enseñanza del Sefer Hahasidim –una de las grandes autoridades de los primeros tiempos- Rabí Ovadia Yosef z”l definió la divergencia existente entre las autoridades contemporáneas y escribe que no existe ninguna prohibición formal en el consumo de estos alimentos, pero quien los evita se cuida a sí mismo.