Previo a que el hombre sea engendrado, ya el Eterno determina si será alto, bajo, sano, enfermo, rico, pobre, etc. Si asimismo asumimos que el Eterno determina asimismo que será piadoso o impío, no podrá ser juzgado por sus obras ya que su conducta se halla predeterminada antes de nacimiento por D-os.
Está escrito en la sagrada Torá: Observa que coloco frente tuyo hoy, la vida y el bien, la muerte y el mal (Debarim 30). Es decir que la elección de cómo vivir se presenta ante la persona y él decidirá si observar una conducta acorde a la Torá y por lo tanto recibir la recompensa meritoria según el esfuerzo y la voluntad invertida, como afirma el Talmud (Abot 5) “Según el sufrimiento será el pago”. Y aunque D-os imprime en el hombre ciertas características innatas, algunos son iracundos por naturaleza, otros son ambiciosos, etc. de todas formas no se trata de inclinaciones que no puedan ser controladas si así lo decide voluntariamente, y su recompensa será superior a la de otros que no nacieron con dicha inclinación.
Y así estudiamos en el Tratado de los Padres (Abot 5), “Todo está previsto y la elección entregada”, explica Ramba”m que aún cuando el Eterno posee una visión infinita y ve a través del tiempo, no creas que ello determina tu elección, pues aún así posees libre albedrío para escoger la forma en que deseas vivir.
Y así enseñan los sabios en el Talmud (Nidda 16) Estudió Rabí Haniná bar Papá, el angel designado sobre los nacimientos se llama “laila” y toma la gota de la que se formará el futuro ser y la presenta ante el Eterno y le pregunta, D-os del universo, esta gota que ha de ser de ella ¿será fuerte o débil, rico o pobre, inteligente o necio? Pero no le pregunta si será piadoso o impío, pues como dijo Rabí Hanina “todo depende de los cielos, a excepción del temor a D-os”. Y explica Rash”i, que todos los rasgos y experiencias del hombre son determinados por D-os, a excepción de grado de temor a D-os y su piedad, que dependen enteramente de su decisión personal.
Y agrega Ramba”m (Leyes sobre la Teshuba cap. 5): La elección le fue entregada a cada persona, y debe decidir si desea seguir el camino de la rectitud y ser un hombre piadoso, o apartarse del mismo y convertirse en un necio, nada le impide vivir según su voluntad. Y no debe interesarte lo que afirman ciertos ignorantes gentiles, que D-os determina desde su nacimiento si el hombre será justo o pecador, no es así. Pues cada individuo tiene el libre albedrío para vivir como desea, puede ser justo como Moshe o impío como el rey Yerob´am, inteligente o necio, piadoso o cruel, avaro o generoso, etc. etc. Y nada ni nadie lo coacciona o lo induce a comportarse según alguno de estos extremos, sino él mismo decide cómo desea comportarse. Y termina Rambam diciendo que es éste un principio fundamental y una de las bases de la fe y la vida religiosa.