Pregunta: Es verdad que cuando la situación material de Israel es compleja esto es atribuible a que el final de los días se halla cerca o es lo contrario? Se puede calcular el tiempo exacto de la llegada del Mesías?
Respuesta: Con respecto a la primera pregunta, la persona debe agradecer a D-os cuando sus emprendimientos tienen éxito, tanto los materiales como los espirituales. Pero por otro lado es preciso saber que cuando la situación de Israel es difícil es porque se acerca la llegada del Mesías.
Relata nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, que cuando el emperador austro húngaro le otorgó a los judíos de su imperio igualdad de derechos la felicidad embargó a los habitantes judíos del reino, sin embargo Rabí Moshe Sofer z”l –autor de la famosa obra de responsas rabínicas Jatam Sofer- rompió en llanto. Cuando sus alumnos le preguntaron el motivo de su llanto les respondió con una parábola, sobre un poderoso rey que tenía en su corte un ministro al que le profesaba una gran amistad, pero este ministro cometió un grave delito que lo hizo pasible de la pena capital. Sin embargo, el rey, que era un hombre piadoso y sensible le conmutó la pena por la de prisión indefinida e incluso le prometió que en algún momento lo dejaría en libertad y le retornaría a sus privilegios.
Este ministro fue alojado en un oscuro calabozo y sufrió una gran depresión por su estado, pero lo mantenía su esperanza en la promesa del rey que algún día lo rescataría de su cautiverio.
Después de un largo tiempo, este hombre oye un gran tumulto fuera de la cárcel y creyó que se trataba de su libertad. Pero al abrirse las puertas de su celda, ingresaron unos empleados del rey con distintos artículos de limpieza para asear su calabozo y pintarlo.
Cuando este ministro escuchó el motivo de la llegada de estos hombres rompió en llanto. Le preguntaron los empleados por el motivo de su sollozo, si debía alegrarlo que le acondicionarían el lugar de su retención. Pero él explicó que, mientras estaba recluido en su prisión oscura y triste lo embargaba la esperanza de que el rey recordara su promesa y lo dejara en libertad, pero ahora es obvio que lo harán esperar mucho tiempo más.
Esto mismo ocurre con nosotros, el pueblo de Israel, respondió el Jatam Sofer, si la generación sufre persecuciones y sufrimientos podemos creer que la llegada del Mesías se halla pronta, pero ahora que nos otorgan igualdad y libertades es porque el final todavía se halla lejos.
En relación a la segunda pregunta, si podemos calcular el final de los tiempos, el Talmud en el tratado de Sanedrín en nombre de Rabí Shemuel Hanajmaní, dice que se pudran los huesos de quienes calculan el final de los tiempos. El motivo para esta maldición, es que este tipo de vaticinios puede llevar a las personas a la desesperanza y la incredulidad al no materializarse o al fijar una fecha demasiado tardía.
El gran erudito Malbim calculó el tiempo de la llegada del Mesías, y cuando le preguntaron al respecto por el Talmud arriba mencionado, respondió que esta prohibición aplicaba en la época del Talmud en que los días de la llegada del Mesías se hallaban muy lejanos, pero hoy que ya lo tenemos muy cerca esto no desalienta a las personas. Todo esto lo cita Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, en sus comentarios.
Sin embargo, es preciso proceder con mucha prudencia y cordura ya que este tipo de vaticinios puede llevar a las personas a la depresión o incluso a la incredulidad. Pero la confianza en la llegada del Mesías debe permanecer intacta en nosotros y alimentarla permanentemente. O sea que tanto las personas alejadas de la observancia de la Torá como los observantes o denominados temerosos de D-os que también deben hacer Teshuba o retornar de sus errores.
Y depende esto en gran medida en nuestra preocupación por la destrucción del sagrado Templo y de nuestra situación espiritual y la falta de grandes eruditos, todo cual nos lleva a una deplorable situación espiritual. Tomar conciencia de esto y tratar de mejorarlo por medio del estudio de Tora y la observancia de los preceptos acercará la llegada del Mesías, pronto en nuestros días. Amén.