Afirma el Talmud (Shabbat 117b): Así dijo Rabì Aba, debe la persona trozar –y bendecir- en Shabbat sobre dos panes, como está dicho –con respecto al “man” que caía para el pueblo judío en el desierto-: Y recogerán doble porción. Y así dijo Rab Ashi, he visto a Rab Cahana que tomaba para la bendición –del pan- dos hogazas, pero cortaba solo una de ellas. Esto se debía a que el versículo nos dice que “recogieran” dobel porción, pero no que cortaran ambas porciones.
Concluimos de lo anterior que es una obligación de cada judío tomar dos hogazas de pan para la bendición correspondiente en cada una de las comidas sabáticas. El pan de Shabbat debe apoyarse sobre un mantel y estar cubierto por otro, como ya lo vimos oportunamente.
Este mismo párrafo del Talmud continúa relatando que Rabì Zera tras la bendición sobre el pan cortaba un trozo grande que le alcanzare para toda la comida. Y aún cuando durante la semana no se debe proceder así, pues esto mostraría una conducta inapropiada y voracidad, en Shabbat se permite hacerlo pues así se demuestra el cariño por la comida sabática y el placer que ella nos otorga.
En el momento de la bendición se deben tomar ambos panes en las manos, colocando uno encima del otro. Al cortar el pan, algunos opinan que se debe trozar el de abajo, en tanto que otros sostienen que es preferible cortar el de arriba. Maran (Bet Yosef cap. 274) escribe en nombre de la obra Kol Bo, que algunos sostienen que se debe cortar el pan de abajo, pero nosotros solemos cortar el pan superior. Agrega sobre esto Maran: He visto a grandes autoridades que cortan el pan inferior y oí que según la Kabalá es apropiado trozar el pan inferior. Y así lo dictamina en el Shuljan Aruj, que se debe cortar el pan inferior.
Sin embargo, no se trata de una opinión unánime ya que según el Ari z”l se debe cortar el pan superior, y así también lo sostiene el Rashb”a (R. Shelomo ben Adret z”l s. XIII) en una de sus responsas. Por lo tanto, cada quien puede continuar con su costumbre ya que todas poseen una fuente autorizada.
También las mujeres deben cumplir con este precepto del pan doble. Por lo tanto, deben estar presentes en el momento en que el esposo o el padre bendice sobre el pan doble y reparte a todos los presentes un trozo de pan y de esta manera todos se asocian en la bendiciòn sobre el pan doble. Si por error hablaron antes de recibir el trozo de pan del dueño de casa, deben repetir la bendición, por supuesto sobre otros dos panes, por ello es ideal escuchar la bendición del dueño de casa y cumplir así con esta obligación.