Pregunta: Las personas que regresan del mar tras haber ingresado en el para nadar ¿Deben pronunciar “bircat hagomel” –bendición de agradecimiento-? Asimismo los marines de la armada israelí ¿Deben pronunciar esta bendición tras regresar de sus ejercicios navales?
Respuesta: En entregas anteriores vimos que uno de los casos en que es necesario recitar la bendición de agradecimiento –hagomel- es el de un viaje transatlántico. A continuación veremos algunos detalles al respecto.
VIAJES TRANSATLÁNTICOS QUE TRANSCURRIERON NORMALMENTE
Escribe Rabbenu Abraham ben HaRambam (el hijo de Rambam) que aún cuando un viaje transatlántico transcurre sin ningún percance es necesario pronunciar la bendición de “hagomel” tras regresar del mismo. El motivo de ello es que nuestros sabios instituyeron esta bendición sobre los viajes transatlánticos pues los mismos suponen en principio una situación de peligro, por ello independientemente de cómo haya transcurrido el viaje se debe pronunciar esta bendición.
VIAJES CORTOS
A los efectos de esta bendición no existen diferencias con respecto a la extensión del viaje, y aún si se tratase de un viaje corto, como aquellos que se realizan en la actualidad con fines turísticos y se internan en el mar por algunas horas, de todas formas deben pronunciar esta bendición al regresar.
BARCOS TRANSATLÁNTICOS
Existen algunas autoridades que analizaron si es necesario pronunciar esta bendición en la actualidad en que los viajes se realizan en barcos transatlánticos que no representan ningún tipo de peligro para los viajeros. Pues cuando nuestros sabios instituyeron esta bendición los viajes marítimos representaban realmente una situación de peligro, y de hecho muchas personas morían de esa forma. Sin embargo las naves actuales no pasan estas situaciones peligrosas y por lo tanto no correspondería recitar esta bendición.
Escribe al respecto Rabi Abraham Itzjak Hacohen Kuk z”l en su obra de responsas halájicas Orah Mishpat (cap. 45) que aún en la actualidad es necesario pronunciar esta bendición al regresar de un viaje marítimo, aún cuando el mismo se realizó en un barco transatlántico carente de peligro, pues aún cuando el motivo por el cual nuestros sabios instituyeron esta bendición ya no aplica, la institución rabínica no puede ser derogada. Es pecialmente teniendo en cuenta que de todas formas existen ciertos peligros en los viajes marítimos incluso si se realizan en naves de gran envergadura. Esta bendición debe ser pronunciada al regresar al hogar. Y así lo legisla Rabí Moshe Feinstein z”l y otras autoridades.
VIAJES EN RÍOS
Esta bendición debe ser pronunciada aún si se realizó el viaje a través de un río de agua dulce, pues en todo lugar donde existe la posibilidad de hundirse –aguas profundas- de pronunciarse la bendición.
Sin embargo, en la obra MIshna Berurá (apartado Biur Halajá cap. 219) escribe que los lagos o ríos de la actualidad no representan un peligro y por lo tanto es preciso analizar si realmente aplica esta bendición en un viaje de este tipo. Y concluye la Mishna Berurá diciendo que según la costumbre sefaradí, que pronuncian esta bendición tras un viaje terrestre, de una ciudad a otra aún cuando no existe peligro alguno, también en este caso deben pronunciar la bendición. Sin embargo para las comunidades ashkenazitas que no recitan esta bendición en los viajes terrestres, tampoco deben pronunciarla sino en los viajes marítimos de larga escala. Y cita este dictamen Rabi Ovadia Yosef, z”l.
Con respecto a la pregunta arriba citada, las personas que se internan en el mar para nadar, sin botes, deben pronunciar esta bendición al regresar aún si se tratase de un mar sereno como el Quineret y la playa cuenta con un guardavida permanente, pues aún así existieron casos fatales.
Los marinos y viajantes marítimos, asimismo los marines de la armada israelí, deben pronunciar la bendición al regresar a sus hogares para un descanso o vacaciones aún si posteriormente retornarán al mar. Lo mismo aplica para los pescadores que trabajan en altamar y regresan semanalmente a sus hogares, deben pronunciar cada semana la bendición ante diez personas.
En conclusión, todo aquel que se interna en el mar, tanto si lo hace en un barco grande como si lo hace nadando, debe pronunciar la bendición de “hagomel” al regresar del mismo. No existe diferencia si el viaje se realiza a través de aguas marítimas como si lo hace en aguas dulces, en tanto se trate de aguas profundas en las que existe la posibilidad de ahogarse se debe pronunciar la bendición al retornar al hogar.