ההלכה מוקדשת לעלוי נשמת
כל הנרצחים בפרעות שביצעו צוררי נפשינו
ארץ אל תכסה דמם, וכן לרפואת הפצועים, ולזכות השבויים האומללים, ולהצלחת חיילי ישראל בכל מקום שהם, ה' יתברך יעמוד לימין צדקם, וימגר את כל אויבינו, לא יותיר בהם נשמה, המה יאבדו ואנו נעמוד לעד לעולם עד ביאת משיח צדקינו במהרה בימינו אמן.
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לרגל המצב הבטחוני, ומידת הדין המתוחה, נזכיר מה שלמדנו ממרן רבינו עובדיה יוסף זצוק"ל, שבמצבים הרבה פחות חמורים, תיקן לומר "אבינו מלכנו" לאחר תפילת שחרית ומנחה, כפי שנוהגים בעשרת ימי תשובה, כי גדול כוחה של תפלה זו, וסגולתה רבה להושיע.
איך נוכל להתנהל בשלוה כאשר שומעים אנו תיאורים מזעזעים על הפרעות שנעשו בתושבי עוטף עזה, ובהם תינוקות רכים שלא חטאו, נשים וזקנים, שנטבחו בידי גוי אכזר ופראי צמאי דם?!
אוי לו לדור שככה עלתה בימיו, אוי לאזנים שכך שומעות! נחפשה דרכינו ונחקורה ונשובה עד ה'!
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En la entrega anterior vimos sobre la obligación de dar lectura semanalmente a la “parasha”, o sea la porción semanal de la Torá con su traducción aramea –targum-, leyendo dos veces el versículo y una vez el tárgum.
Esta obligación es una extensión del precepto de estudiar Torá del cual las mujeres se hallan exentas, a excepción de los preceptos que les son propios, por lo tanto las mujeres están exentas de la lectura de la parasha con su tárgum. De todas formas la mujer que decide leer la parashá y el tárgum semanalmente convoca sobre sí la bendición y es una actitud piadosa por la que recibirá recompensa. Asimismo la mujer que dispone de tiempo y estudia la porción semanal de la Torá con la interpretación de Rashi posee un gran mérito aún cuando no se halla obligada a hacerlo.
En el momento en que se lee la parasha en la sinagoga el Shabbat por la mañana no se puede hablar en absoluto, sin embargo se puede dar lectura a la parasha con su tárgum aún cuando no lea en paralelo con el oficiante, pues de todas formas está ocupado en la lectura de la misma parashá. Y así solía proceder Rabbenu Yehuda Hasid z”l y así lo dictamina Maran en el Shuljan Aruj (cap. 385).
De todas formas, escribe Maran en su obra Bet Yosef (cap. 146) que para la persona meticulosa en la observancia de los preceptos no es apropiado dar lectura a la parasha con su targúm durante la lectura de la Torá en la sinagoga, ya que en dicho momento lo adecuado es oír la lectura de boca del oficiante, y antes o después de la lectura de la Torá en la sinagoga cumplirá con su obligación de leer la parashá y el targúm.
Escriben los “hagahot maimoniiot” (comentarista de las primeras épocas) que Rabbenu Meir leía la parasha con el targúm cuando el oficiante interrumpía la lectura de la Torá entre un invitado y otro, mas no en el momento de la lectura misma.
De todas formas, escriben los comentaristas que la persona puede leer simultáneamente con el oficiante la perashá, palabra por palabra toda la parashá y posteriormente leer una vez más la parasha y el targúm, y así proceden muchas personas.
De todas formas, ya hemos escrito que lo ideal es leer la parasha junto con su targúm, dos veces cada versículo y una vez el targúm hasta completarla, y no hacerlo en el momento de la lectura en la sinagoga.
En síntesis, las mujeres se hallan exentas de leer la parasha con el tárgum. De todas formas si decide hacerlo cumple con un precepto y recibe recompensa por ello.
A los efectos halájicos está permitido leer la parashá con su targúm en el momento de la lectura de la Torá en la sinagoga el Shabbat por la mañana. Asimismo, puede cumplirse esta obligación leyendo la parashá en forma simultánea con el oficiante, palabra por palabra, hasta concluirla y posteriormente podrá leer una vez más la parashá en su totalidad y el tárgum. Sin embargo, lo ideal es dar lectura a la parasha con el targúm antes o después de la lectura en la sinagoga y hacerlo leyendo cada versículo dos veces junto con su targúm.
De todo lo anterior, aprendemos que el diálogo innecesario en momentos de la lectura de la Torá está absolutamente prohibido y se trata de una trasgresión muy seria pues se profana de esta forma la santidad de la sinagoga y es preciso llamarle la atención a la persona que así actúa para evitar que continúe hablando e incite a otros a hablar. Y el silencio en la sinagoga posee la propiedad de evitarle a la persona sufrimientos. Incluso el rey David se preocupaba por ingresar en la sinagoga en forma respetuosa y moderada, sin todo el protocolo que lo acompañaba como rey. Como está escrito en los Salmos: En la casa de D-os caminaremos con sentimiento.