Tras la plegaria de Minha el primer día de Rosh Hashana se acostumbra a dirigirse a la orilla de un río, de una fuente natural o un pozo de agua para pronunciar el texto del Tashlij. Esta costumbre ya es citada en las costumbres de Rabí I. Molin z”l quien escribe que el primer día de Rosh Hashana se concurre a las orillas de un río u otras fuentes de agua para realizar el Tashlij, por medio del cual simbólicamente la persona se desprende de todos sus pecados y los arroja al agua.
El motivo de esta costumbre lo hallamos en el Midrash que comenta que, cuando el patriarca Abraham se dirigía a ofrendar a su hijo Itzjak como se lo había encomendado el Eterno, se apareció el Satán en el camino y trató de inducirlo a no cumplir el precepto del Eterno. Cuando vio que no tenía éxito en persuadir a Abraham de que no ofrende a su hijo, se apareció ante ellos como un torrentoso río que les interrumpía el camino. Sin embargo, Abraham y su hijo no permitieron que ello los distraiga de su objetivo y continuaron hasta que las aguas alcanzaron su boca. Entonces, Abraham elevó sus ojos a los cielos y clamó al Eterno diciendo: Señor del Universo, Tu me has encomendado “toma a tu hijo, tu primogénito, al que amas a Itzjak y ofrécelo ante Mi, y yo he tratado de cumplir dicho precepto sin permitir que ninguna duda me haga dudar, ahora, si nos ahogamos en estas aguas quién hará que Tu nombre se santifique en este mundo? Ayúdame, oh Señor, que las aguas ya invaden mi ser! Inmediatamente el Eterno gritó al Satán y este se apartó del camino. El sagrado Zohar afirma que el sacrificio de Itzjak ocurrió en Rosh Hashaná, por ello damos lectura al episodio del sacrificio –“akedá”- el día de Rosh Hashana y también por ello recordamos el mérito de aquel sacrificio de Abraham e Itzjak.
Otro motivo para esta costumbre es citado en el libro de plegarias “Ahole Ya´acob”. Según esta obra, cuando se unge un nuevo rey se lo hace a orillas de un manantial, para significar que el mismo se extienda así como las aguas del manantial (Talmud Horaiot 12ª). Y así le dijo Rab Mesharshia a sus hijos, cuando estudien Torá hacedlo a orillas de un río ya que ello es una buena señal, pues así como las aguas corren, se extenderá vuestro estudio y no lo olvidarán. Y siendo que en Rosh Hashana llevamos a cabo distintas prácticas como una buena señal, asimismo concurrimos a orillas de un río como una buena señal, para que el Eterno extienda Su misericordia y sus favores hacia nosotros y nos disculpe nuestros pecados, como afirma el versículo: Y Yo me inclino hacia ti como un río de paz.