Pregunta: La persona que indujo a otros a cometer una transgresión, existe la posibilidad de que su Teshubá –contrición- sea aceptada, si realmente se arrepiente de todo corazón y asume no transgredir nuevamente?
Respuesta: La raíz de esta respuesta la hallamos en lo que afirmaron nuestros sabios en el Talmud (Abot cap. 5) Aquel que induce a otros a pecar no le facilitan tornar en Teshubá, o sea no tendrá el apoyo divino para asumir una Teshubá auténtica. Como afirma el versículo en Mishle: El hombre violento con sangre de otros, hasta el pozo huirá sin que nadie lo sostenga (Mishle 28,17), no recibirá el apoyo de los cielos para tornar en Teshubá. El motivo de ello es que no sería lógico que mientras él amerita ingresar en el Gan Eden –el paraíso espiritual-, aquellos que pecaron por su culpa se hundan en el Guehinam –el infierno-. Sin embargo, si insiste en su Teshubá esta será recibida, como cita Maimónides, en relación a aquellos que no poseen parte en el mundo espiritual –Olam Habba-, incluyendo a quienes indujeron a otros al pecado, si retornan de sus iniquidades antes de dejar este mundo, son considerados Ba´ale Teshubá –retornantes- y ameritan el Olam Habba, pues no existe nada que obstaculice la Teshubá del hombre. Así lo afirma el Talmud Yerushalmi (Pea, cap. 1).
Rabí Ovadiá Yosef, z”l, agrega al respecto un indicio del versículo: Si serán vuestros pecados como el carmesí –rojo intenso-, como la nieve emblanquecerán (o sea si tornan en Teshubá emblanquecerán vuestros pecados como la nieve. La intención de esto es que si los pecados que cometieron son exclusivamente pecados vuestros, vuestros pecados –a decir del versículo-, de los pecadores, entonces se volverán blancos como la nieve. Sin embargo, el versículo continúa diciendo: si enrojecieren como el carmesí, como la lana serán, no dice el versículo si serán vuestros pecados como el gusano –del que se obtiene el carmesí- sino “si enrojecieren”, expresión que hace referencia a quien actúa haciendo pecar a otros y por lo tanto enrojecen los pecados de los demás, entonces serán como la lana, no como la nieve, pues esta es más blanca que la lana, sin embargo finalmente será aceptada su Teshubá.
Es sumamente importante señalar que entre estas personas que inducen a otros al pecado se cuentan aquellos que se visten en forma poco recatada, transgrediendo lo que establece la Halajá, pues con su pecado llevan a otros a ilimitadas transgresiones. Asimismo aquellos que expenden en sus comercios periódicos y revistas liberales y facilitan su lectura al público en general, también ellos inducen a la comunidad al pecado y su iniquidad es excepcionalmente grande. Lo mismo aplica para aquellos que agravian a los eruditos de la Torá y se expresan ante quienes deseen oírlos en forma despectiva de los sabios de Israel y de lo dispuesto por nuestra sagrada Torá, pues al difundir una filosofía ajena a nuestras fuentes se cuentan entre quienes inducen a otros al pecado. En lugar de utilizar su capacidad para la retórica y vigorizar la fe en los corazones débiles, faltos de una palabra rectora que los induzca a la Teshubá y a acercarse al Eterno, utilizan dicha habilidad, que D-os les confirió, para llevar a la comunidad al pecado y a rebelarse ante el Eterno.
Todas estas personas se incluyen en la categoría de quienes “hacen pecar a otros” y su castigo es especialmente riguroso y su Teshubá se dificulta; sin embargo, como dijimos, si tornan en Teshubá auténtica y sentida la misma es recibida por D-os.
Lo ideal es que realicen una Teshubá con acciones proporcionales a su pecado, esto significa que traten de inducir a la congregación a la expiación de sus pecados, entonces su Teshubá será aceptada ampliamente.
Una Teshubá proporcional será, por ejemplo, la de aquella mujer que hizo pecar a otros con su falta de recato, a partir del momento de su Teshubá asumirá el recato en forma especialmente rigurosa para sí y tratará de inculcar entre sus compañeras y familiares este rasgo sagrado del pueblo de Israel, y de esta forma incrementará la santidad y la pureza en el mundo. Asimismo aquel que vendía periódicos liberales debe asumir la difusión de la Torá y la santidad en el pueblo de Israel. Aquellos que transmitieron filosofías corruptas a la comunidad, apoyarán el ideal de la Torá y el cumplimiento de los preceptos en el público y así expiarán sus pecados y su Teshubá será aceptada.