El motivo por el que la festividad de la libertad es llamada en la Torá Pesaj o Hag Hamatzot lo explica Rabí Ovadiá Yosef, z”l, por medio de una metáfora. Un rey salió de caza con sus ministros a campo abierto, y de repente encontró un jovencito que tocaba la flauta con muchísima habilidad y gracia. El rey se acercó al joven para dialogar con él y lo hallo pleno de inteligencia y sumamente perspicaz por lo que decidió llevarlo a palacio. Así, este jovencito compartía la mesa real y poco a poco fue escalando posiciones hasta llegar a convertirse en ministro del tesoro real. Como ministro, era muy apreciado por el pueblo ya que se trataba de una persona con mucha sensibilidad, que beneficiaba al pueblo y no era estricto con los impuestos. Sin embargo, los demás ministros no simpatizaban con él y le tenían envidia, levantaron calumnias sobre él y lo acusaron de sustraer dinero del tesoro real. El rey, se sintió obligado a hacerle comparecer ante su presencia para que le rindiera cuentas sobre su patrimonio personal. El joven ministro, se presentó ante el rey y expuso en forma clara y concisa su inocencia. Pero el ministro de justicia, que era su enemigo personal, le pidió al rey ir junto con los demás ministros a la casa del ministro del tesoro en forma sorpresiva, para realizar una revisión de la misma. El rey aceptó la propuesta e inmediatamente todos, junto al mismo dueño de casa se dirigieron a su morada y comenzaron a revisarla. Se encontraron con una vivienda simple, recatada y que carecía de las riquezas que supuestamente había sustraído. En medio de la búsqueda, se toparon con una habitación cerrada con llave, al interrogarlo sobre el contenido de la misma el ministro le rogó al rey que no la abrieran, ya que en esa habitación guardaba efectos personales que sentía mucho pudor de mostrar. Pero el rey ordenó abrir la puerta y el ministro no tuvo más remedio que hacerlo. Para sorpresa de todos, observaron que allí no había sino un modesto bastón, un morral y la flauta que solía tocar cuando era pastor. Ante el estupor del rey y de los demás ministros el joven funcionario explicó; mi señor rey, desde el día en que me sacaste de aquellos campos en los que era un simple pastor y me convertiste en un integrante de tu palacio no me enorgullecí ni permití que me ganara la soberbia, cada día entraba en esta habitación tocaba la flauta por unos minutos para recordar mi antigua situación y no enorgullecerme del prestigio y el honor del que gozo. Cuando el rey vio esto, se emocionó, lo abrazó y lo besó y también los demás ministros se acercaron a tenderle sus manos, disculparse y alabarlo.
Con esta metáfora explicaron el Midrash que afirma que el rey David imprimió una moneda la cual fue conocida en el mundo antiguo pues tenía un morral y un bastón de una cara, y la torre de David de la otra. Mordejai asimismo imprimió su moneda con una corona de oro de una cara y el saco y las cenizas del otro. Todo esto ponía en evidencia la rectitud de David y de Mordejai, pues aún cuando el Eterno les hizo alcanzar una posición encumbrada y honorífica, no olvidaron su antigua situación y no permitieron que los invada la soberbia, la arrogancia.
A esto también se debe el nombre de Pesah -saltar-, pues recuerda el gran milagro que ocurrió cuando el Eterno exterminó los primogénitos egipcios, salteó las casas de los Yehudim y ninguno de ellos murió, y nos libero de aquel pesado yugo. Sin embargo, para que no nos envanezcamos y nos comportemos con soberbia, denominamos a esta festividad Hag Hamatzot, en recuerdo del pan ácimo que simboliza la pobreza y la dura sumisión a la que fuimos sometidos por los egipcios que nos alimentaban sólo con aquel pan.