Respuesta: En la entrega anterior aclaramos que la persona que ve un rayo debe pronunciar al bendición Baruj ata…..Melej Haolam, Osé Maase Bereshit. Y quien oye un trueno debe pronunciar la siguiente bendición Baruj Ata….Melej Haolam, Shecojó Ugburató malé olam. Señalamos asimismo que es preciso pronunciar estas bendiciones en forma seguida inmediata a la aparición del fenómeno por el que se bendice (dentro del lapso que se toma para saludar al maestro, o sea Shalom Aleja Rabí), después de este tiempo ya no puede bendecir y debe esperar la aparición de un nuevo rayo o trueno.
Las bendiciones sobre los rayos y truenos no deben pronunciarse más de una vez por día, a menos que se hayan dispersado las nubes totalmente y aclaró el día y posteriormente volvieron a salir las nubes, en tal caso podrá volver a bendecir aún cuando ya lo ha hecho ese día. Si hubiese transcurrido una noche desde que bendijo, aún cuando no se hayan dispersado las nubes podrá volver a bendecir nuevamente. No existe relación entre estas dos bendiciones, por lo que puede bendecir sobre el trueno aún cuando no vio el rayo.
Si el trueno lo despierta de su sueño y desea pronunciar la bendición correspondiente, pero debido a que debe realizar la netilat yadaim –lavado de manos- trascurriría el tiempo dentro del cual puede pronunciar la bendición, podrá bendecir mientras se halla en la cama frotando sus manos con las sabanas como medida de higiene previo a la bendición.
Quien ve el arco iris debe pronunciar la siguiente bendición: Baruj Ata…….Melej Haolam Zojer Haberit, Neeman Bibritó Vekaiam Bemaamaró. Significa, que el Eterno recuerda el pacto realizado con Noaj, de no destruir nuevamente el mundo y es fiel en su cumplimiento. Y aún cuando la maldad se ha incrementado en el mundo y sería este merecedor de ser nuevamente destruido, de todas formas el Eterno guarda fidelidad a la alianza que realizara con Noaj, como está escrito: Y se verá el arco entre las nubes y recordaré Mi alianza. Y termina la bendición diciendo “Y guarda su palabra”, para significar que aún cuando la aparición del arco iris fue instaurada desde la misma creación del mundo y se trata de un fenómeno natural, de todas formas el Eterno cumple Su palabra y aún si el arco no existiera observaría su promesa de no destruir el mundo.