Es costumbre comer el día de Rosh Hashana carnes sabrosas y consumir alimentos dulces, como ya lo describe el profeta Nehemia; Ved, comed manjares y bebed dulzuras y enviad porciones a aquellos que nada poseen, pues un día sagrado es hoy para nuestro Señor.
No se ayuna el día de Rosh Hashaná. Aún así, no es recomendable comer hasta hartarse pues esta actitud no ayudaría a preservar el temor al Eterno que este día merece.
Ciertas comunidades acostumbran untar el pan sobre el que se pronuncia la bendición de Hamotzí –bendición del pan- con azúcar o miel, sin embargo la obra Caf Hahayim instruye que es necesario untarlo asimismo con sal como se hace durante el año.
Algunos acostumbran no comer nueces el día de Rosh Hashaná pues la palabra nuez –egoz-en hebreo posee el valor numérico de la palabra pecado –Hete, sin la letra alef, muda-.
Otros acostumbran no consumir uvas negras este día, sin embargo sobre las uvas verdes no existe restricción, por el contrario, es una buena señal consumirlas el día de Rosh Hashana.
Es costumbre no consumir el día de Rosh Hashana alimentos amargos, agrios o picantes. Afirman los Gueoním en sus responsas que no se consumen alimentos agrios este día.
Se acostumbra no dormir el día de Rosh Hashana (específicamente después del mediodía), ya que no es apropiado dormir en momentos en que los libros de la vida y la muerte se abren para juzgar a las personas. Afirma el Talmud Yerushalmi que quien duerme el día de Rosh Hashana provoca que su suerte se adormezca. Por ello es preciso realizar esfuerzos por despertar antes de que despunte el sol, o por lo menos en momentos en que éste sale, a fin alistarse en forma adecuada para las oraciones del día y dedicarles toda su concentración. Si está muy cansado o sufre de una jaqueca y necesita dormir, podrá hacerlo después del mediodía. Y escribe Rabbenu Hayim Vital z”l que hacía solía hacerlo el Haari z”l.
La persona que permanece inactivo y se enfrasca e diálogos vacuos e inútiles es considerado como si durmiera y por lo tanto es preferible que duerma a que permanezca despierto.
Se suele concluir la lectura de los Tehilim –Salmos- dos veces en Rosh Hashana, pues está compuesto de 150 Salmos, lo cual sumaría un valor numérico de 300, similar a Escribe Rabbenu Yosef Hayim z”l en su obra Ben Ish Hay, que el hombre debe tener mucho cuidado de no irritarse el día de Rosh Hashana, pues aún cuando durante el año esto constituye un grave pecado, el día de Rosh Hashana es particularmente negativo enfurecerse. Incluso es preciso evitar el enojo íntimo, en el corazón, Por ello, es preciso actuar diligentemente y prever todo lo necesario para este día y así conservar la calma y la alegría interior y aún cuando algo provoque su enojo no perderá su compostura y podrá controlar sus reacciones.