Escribe Rab Netronae gaón (una de las autoridades de Sura, Babel hace aprox. 1200 años y redactor del primer libro de plegarias ordenado) que los “pesuke dezimra”, o sea los cánticos y versículos que se pronuncian previo a la lectura de Shema Israel y sus respectivas bendiciones y que comienzan con la bendición de “baruj sheamar”, tienen su origen en el talmud (Berajot 32) donde afirma Rab Simlai que la persona debe organizar sus alabanzas al Eterno antes de recitar su plegaria. Y se entienden por alabanzas al Eterno todos los cánticos y versículos que justamente pronunciamos en esta sección y sobre los que se instituyó la bendición de “baruj sheamar” al comienzo y la de “ishtabbaj” como cierre de estas alabanzas.
Teniendo en cuenta que estas alabanzas no se deben pronunciar después de la plegaria sino antes de la misma, y si la persona por algún motivo de fuerza mayor comenzó a rezar en shajrit a partir de las bendiciones de la Shema, o sea que salteó el baruj sheamar, después de la plegaria sólo podrá decir los versículos pero no las bendiciones de baruj sheamar e ishtabaj instituidas sobre los mismos. Por lo tanto, así no es posible recitar shajrit después del mediodía, tampoco estas alabanzas se pueden recitar en la tarde. Por ello, son consideradas como los preceptos que poseen un tiempo determinado para observarlos y que las mujeres se hallan exentas de observar, como vimos en varias ocasiones.
En conclusión, las mujeres no deben pronunciar la bendición de baruj sheamar y la de ishtabaj. Si desean podrán solamente recitar los cánticos y versículos que median entre estas dos bendiciones. Las mujeres pertenecientes a las comunidades ashkenazitas sí podrán hacerlo, así como proceden con todos los preceptos de tiempo determinado.